Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero/Espacio de carga
Motor/Transmisión
Relación valor/precio
6.8
Bien +
El nuevo Mitsubishi L200 se ha desarrollado para ser un Ultimate Sport Utility Truck, es decir, un vehículo que combina un confortable interior con la funcionalidad y la dureza de un pick up. En carretera, la comodidad y la estabilidad de marcha son notables, mientras que sus aptitudes camperas están entre las mejores de su categoría y su alto equipamiento tecnológico se agradece en el día a día. Aun así, sus rivales no se lo van a poner nada fácil…
Aunque en España estamos acostumbrados a asociar el término pick up con el duro trabajo de campo, lo cierto es que la tendencia en este segmento está migrando hacia el concepto SUV, con líneas de diseño cada vez más dinámicas y discretas bajo las que se esconden auténticos todoterrenos.
Recientemente hemos tenido la oportunidad de sentarnos al volante del nuevo Mitsubishi L200, uno de los últimos pick up en ponerse al día. Si bien es cierto que de un primer vistazo puede parecer más un restyling que un nuevo modelo, en realidad tras este modelo se esconden 28 meses de desarrollo, por lo que en él encontramos muchas novedades.
El L200 representa el 20% de las ventas de la marca a nivel mundial. De hecho, en su cuarta generación (la anterior) Mitsubishi vendió más de 1,3 millones de unidades del L200 en todo el mundo desde su llegada en 2005, aspecto que remarca la importancia de una adecuada estrategia de revitalización en esta quinta generación que llega al mercado.
Actualmente, el mercado de las pick up se está reactivando, especialmente en el sector de las flotas. Basta con echar un vistazo a todos los modelos que llegarán al mercado en los próximos meses: Nissan NP300 Navara, Toyota Hilux, Fiat Toro (basado en el Mitsubishi L200), Renault Alaskan… ¡Incluso Mercedes-Benz está preparando su propio pick up de cara a 2020!
Precisamente por esa razón, Mitsubishi pone toda la carne en el asador con un L200 muy capaz en todos los terrenos y en el que se combina un diseño elegante con todo un abanico de posibilidades de uso, desde cargar sacos de tierra en la obra a diario hasta llevar el equipo de escalada al campo los fines de semana.
¿Conseguirá estar el L200 por encima de sus rivales? Desde la marca tridiamante apuestan por ello y su objetivo es situarse a medio plazo tras el líder del mercado -el Toyota Hilux-, con una previsión de ventas de 200.000 unidades al año. Nosotros no podemos asegurarte qué pasará, pero a continuación te vamos a dar varias buenas razones por las que este modelo nos ha sorprendido gratamente.
Diseño exterior
En esta nueva generación, el Mitsubishi L200 adopta un diseño atlético totalmente nuevo, explotando al máximo el expresivo diseño “J-Line” que ya conocimos en el anterior modelo. Esto no solo le permite obtener un mejor coeficiente aerodinámico (pasa de 0,46 a 0,40), sino también lucir unas líneas más estilizadas y elegantes que le alejan del aspecto meramente campero.
Entre las novedades del frontal encontramos unas ópticas que se prolongan por el lateral del coche, unos enormes parachoques esculpidos para expresar su función protectora y una renovada calandra que dan lugar a una ‘mirada’ moderna, distintiva y muy personal. En el caso de nuestra unidad, la parrilla delantera cuenta además con una moldura cromada y protector inferior delantero en color plata (disponible desde el acabado Motion).
A pesar de que no renuncia a su robustez, detalles como los faros antiniebla delanteros (a partir del Motion) o los faros Bi-Xenón en el acabado tope de gama ya denotan una mayor preocupación en el apartado de seguridad y equipamiento. Pero la cosa mejora cuando paseamos por el lateral, donde a pesar de mostrar un diseño continuista, la nueva caja huye del clásico aspecto rudimentario presidido por una cabina cuadrada a la que se le incorporaba una caja trasera.
Ahora ambos componentes están integrados y los detalles cromados en los retrovisores, los tiradores de las puertas y las barras laterales le dan un aspecto mucho más vistoso y original. Además, los cristales traseros oscurecidos y los múltiples accesorios que Mitsubishi ofrece para la caja hacen que de perfil deje incluso de parecer un pick up.
En la vista lateral es quizá donde mejor se aprecia la verdadera altura del L200, el cual mejora todas sus cotas en esta quinta generación llegando a superar notablemente a algunos de sus rivales con un ángulo de ataque de 31º, de salida de 24º y ventral de 26º. Pero eso no es todo, la profundidad de vadeo se sitúa ahora en los 600 mm, 100 mm más que el Toyota Hilux.
Aunque las unidades disponibles durante la presentación se corresponden con las variantes de Doble Cabina -las cuales priorizan el espacio para los pasajeros (cinco plazas con muy buenas cotas en todas ellas)-, Mitsubishi también ofrece una versión más pequeña y versátil denominada Club Cab (cabina simple). Ésta tiene una caja de carga más generosa y un interior algo más angosto, pero aun así ofrece una excelente relación espacio para pasajeros-carga gracias a sus dos puertas laterales convencionales y otras dos traseras con apertura “suicida”, que dan paso a dos asientos independientes y bastante verticales (imagen inferior).
En la zaga volvemos a encontrar nuevamente con unos faros que se alargan hacia los laterales para dar armonía al conjunto, mientras que el paragolpes trasero se presenta en color plata con unas líneas más fluidas. La caja, sin accesorios, consigue un mayor volumen de carga que su antecesor, con 1’1 m3 y 475 mm de profundidad (antes 460 mm).
Respecto a las medidas, el Mitsubishi L200 mide en configuración de cabina simple 5.195 mm de largo, 1.785 mm de ancho y 1.775 mm de alto. En el caso de la variante de doble cabina, esta asciende a los 5.205 mm de largo, 1.815 mm de ancho y 1.780 mm de alto (salvo en el acabado M-PRO cuya anchura y altura se mantienen como en el Club Cab).
Diseño interior
En el habitáculo de este Mitsubishi nada es lo que era. Si únicamente viéramos el interior probablemente no diríamos que se trata de un pick up, pues su diseño de ‘vehículo comercial’ se ha modernizado hasta límites insospechados. Es cierto que el salpicadero está construido totalmente en plásticos duros, pero estos presentan muy buen tacto y un aspecto visual agradable, sin detalles mal rematados ni vibraciones.
Una vez a bordo, el interior gana en visibilidad y está bien aislado del exterior, lo que ayuda a crear un ambiente más refinado y cercano al de un SUV. Los esfuerzos de la marca por mejorar la calidad de los materiales y aumentar la habitabilidad y comodidad de los pasajeros son notables: ahora el L200 muestra su faceta más ociosa y recreacional, aunque continúa siendo una de las mejores herramientas para el trabajo duro.
El volante multifunción permite controlar todas las funciones básicas de información y entretenimiento de manera sencilla, con un manejo bastante intuitivo, al igual que la pantalla táctil del salpicadero. Por el contrario, resulta algo complicado manejar el ordenador de a bordo en marcha, pero el cuadro de instrumentos muestra gran cantidad de información.
Respecto al equipamiento, el L200 incorpora elementos muy poco habituales en el segmento de los pick up, especialmente en materia de seguridad. En España la gama se articula en torno a tres niveles de acabado, M-Pro, Motion y Kaiteki. El primero ya incluye el control de estabilidad y tracción, múltiples airbags, control y limitador de velocidad, aire acondicionado, ordenador de viaje, cuatro elevalunas eléctricos, cierre centralizado, espejos térmicos, radio CD MP3, Bluetooth y puerto USB.
pero a la hora de conducir en carretera esta considerada como camion por lo que no puede exceder los 90 km/h en autopista
Benditas reductoras, retener sin achicharar frenos. Que aprendan los «SUV todoterrenos»
Según lo matricules, no?