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Para poder conocer un poco más en profundidad el nuevo Astra, los responsables de Opel España organizaron una ruta más larga de lo habitual en este tipo de eventos. Los casi 180 km que separan Madrid del municipio de El Gordo, en la provincia de Cáceres, debían ser más que suficientes para sacar unas buenas primeras impresiones.
La organización contaba con muchas unidades del nuevo Opel Astra en varias motorizaciones pero siempre ligadas a los niveles de terminación más completos Sportive y Excellence. Para el trayecto de ida opté por la variante de acceso con el motor 1.0 SIDI de 105 CV que si bien sobre el papel puede quedarse algo justa, demostró que no es un básico olvidable. El camino de vuelta lo hice con el escalón siguiente, el 1.4 Turbo de 125 CV que me aclararía si el más pequeño resulta interesante.
Lo mejor de este motor es el elevado refinamiento obtenido a pesar de ser un tres cilindros, siendo incluso más silencioso que muchos con cuatro. El nivel de vibraciones pasa totalmente inadvertido y junto a un turbo que sopla de forma suave, se sitúa como un básico muy interesante por su entrega de potencia y nivel de prestaciones. Es cierto que no te dejará pegado al asiento al menor apretón al acelerador, pero logra mantener cruceros legales de autovía con la suficiente reserva de potencia para realizar adelantamientos de manera rápida y eficaz.
Quizás la mayor pega del 1.0 SIDI esté en su transmisión manual con cinco relaciones. Si bien los desarrollos están bien elegidos, circulando a 120 km/h ya gira por encima de las 3.000 rpm y con una sexta se habría conseguido un andar más desahogado e incluso reducir algo el consumo (que ya te adelanto no es muy alto, rondando los 5,7 L/100 a esos citados 120 km/h).
Como buen diésel tiene un tirón más acusado y saca provecho de su buena cifra de par para garantizar un brío inmediato sin que los consumos se eleven demasiado. El tacto general está a años luz del vetusto 1.7 CDTI de origen Isuzu que se usaba en las primeras unidades del Astra anterior. Se combina con una caja manual de seis relaciones de tacto agradable y suficientemente precisa.
Ya para la vuelta a Madrid era turno para ponerse a los mandos del 1.4 Turbo con 125 CV. La intención principal era compararlo con el 1.0 SIDI y comprobar si merecen la pena los 500 € de diferencia existentes entre ambos. Ya te adelanto que la respuesta es un SI rotundo.
Desde el primer momento el 1.4 Turbo se siente más lleno y alegre, tiene un andar más holgado y gracias a la sexta velocidad está mejor exprimido. No gasta menos que el SIDI de 105 CV (unos 6,3 L/100 a ritmos de autovía) pero tampoco se aleja tanto como para replantearse la compra.
Me ha gustado del 1.4 Turbo su equilibrio general, con un nivel de prestaciones más que suficiente para cualquier usuario. Si se quiere algo más de deportividad es posible optar por el 150 CV pero sólo notarás la diferencia de potencia en conducción deportiva jugando con la parte alta del cuentarrevoluciones. Eso sí, para complicarte más las cosas en Opel han dejado un hueco económico muy pequeño de sólo 500 € y habrá usuarios que prefieran irse al grande “por si acaso”.
Precisamente esta política de precios tan ajustada entre motores hará que muchos usuarios tengan verdaderos quebraderos de cabeza. El salto entre el 1.0 SIDI de 105 CV al 1.4 Turbo de 150 CV es de sólo 1.000 €, excesivamente pequeña para la diferencia en prestaciones. En diésel ocurre algo similar, con sólo 1.200 € de diferencia entre los 1.6 CDTI de 110 CV y los 1.6 CDTI Bi-Turbo de 160 CV. Entre medias, a 600 € de cada uno, está el CDTI de 136 CV.
En lo relativo al comportamiento, nada que objetar. La reducción del peso se nota desde el primer momento, siendo mucho más ágil y dinámico que antes. La dirección tiene un tacto agradable y permite dibujar las curvas sin necesidad de correcciones posteriores.
El botón Sport que incluyen algunas unidades afecta únicamente a la dirección y el tacto del acelerador. No hay suspensión FlexRide como en la anterior generación pero, sinceramente, tampoco parece necesaria a juzgar por lo bien qué va. Da sensación de seguridad a velocidades altas, filtra bien las irregularidades y en curva es más directo que antes. En definitiva, mejora en mucho al anterior sin necesidad de invertir en costosos elementos opcionales.
Por último mencionar el buen funcionamiento de los faros IntelliLux del nuevo Astra. Iluminan muy bien y adaptan el haz en función de si hay o no coches delante o en sentido contrario. En comparación con el alumbrado inteligente de BMW no es tan eficaz pero su precio contenido hace que merezcan mucho la pena, especialmente si se suele conducir de manera habitual por la noche.
Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Gama mecánica
Comportamiento
Dirección
Relación valor-precio
8
Notable+
La nueva generación del Astra es muy superior en todos los apartados a su predecesor, añadiendo más equipamiento, una terminación impecable y una cura de adelgazamiento que se percibe desde los primeros instantes a sus mandos. Hay cosas mejorables como los botones pequeños de la consola o un maletero simplemente correcto pero en términos generales es una de las opciones más completas de la categoría
Información sobre el vehículo, impresiones de conducción de varios modelos y tarifa de precios. Lectura francamente interesante. Muy «currado». Ah! Bienvenido lío tener que elegir entre diferentes motores con tan poca diferencia de precio entre ellos. Enhorabuena y saludos.
Para alguien que hace unos 1500-2000 Kilómetros mensuales, sin pisar casi ciudad, ¿qué motor recomendaríais? Sería utilizado habitualmente por dos personas y se valora un cierto carácter en el vehículo al conducirlo. Gracias y saludos.
Preprarense a tener problemas con el ordenador, sobre todo la parte destinada a las luces. En los túneles se encienden cuando les parece y se apagan al salir cuando les da la gana, haga sol o llueva. También puede apagar el coche sacar la llave de contacto y seguir con las luces encendidas, según le de al coche.
Un desastre total, y de momento sin solución, según dicen en los propios concesionarios.