No es ningún secreto el amor que profesan los rusos por el Mercedes-Benz Clase G y sus raíces militares, así como tampoco lo es que prácticamente la totalidad de anécdotas que nos llegan del mundo del automóvil suceden en este curioso país. Está claro que en Rusia no se aburren. ¿La última noticia que os traemos? Cómo convertir un mastodóntico Clase G en un búnker. Sí, tal cuál, por si vuelve la Guerra Fría…
Nuestro protagonista de hoy responde al nombre de Valeri Lizunova, un verdadero genio al que no se le ocurrió otra cosa que cavar un agujero, forrarlo de madera como si de un ataúd se tratase y meter dentro su preciado G500, al cual previamente había aderezado con diversos accesorios AMG para que luciera más en el socavón.
Pero claro, ¿cómo iba a acceder el amigo Valeri a su búnker en caso de desatarse una guerra? Pues por el techo solar, ni más ni menos. Y para no perderse llegando al lugar -por aquello de que solo hay césped alrededor- decidió poner un arbusto junto a la entrada de su búnker. No me quiero imaginar el momento en el que unos chavales estén por allí jugando al escondite, alguno se esconda tras el seto, se caiga en el hoyo y aparezca al volante de un Clase G…
Lógicamente, la caja donde está enterrado el todoterreno cuenta con aire fresco, y para que la familia Lizunova pueda disfrutar de todas las comodidades del gigante de la Estrella, el tubo de escape está conectado con un tubo que expulsa los gases al exterior (no sea que el búnker acabe convirtiéndose en una cámara de gas), a fin de poder arrancar el vehículo y utilizar el aire acondicionado o el sistema multimedia.
¿Que cómo se le ocurrió la idea? Fácil, Valeri Lizunova es en realidad un artista (y no, no lo digo por haber creado el búnker) que participa en un festival de arte en la región rusa de Kaluga. Su creación tuvo como fuente de inspiración nada menos que un Geländewagen. Valeri se encontraba paseando en el poderoso vehículo cuando descubrió lo seguro que se sentía allí dentro, así que optó por subir la apuesta e idear también un lugar seguro para su coche. Al parecer, el G500 fue desenterrado una vez finalizó el festival, aunque tampoco me extrañaría que lo acabara dejando en el agujero por si las moscas… ¡Con estos rusos nunca se sabe!
¡¡Que manera de desperdiciar un cochazo!!
Los rusos nunca duermen.. Perico Cuevas Javi Moreno Baena
Siempre con algo entre manos jajaja
Los rusos siempre andan con algo que hacer entre manos, y con una camara para verificar que todo lo que hacen es cierto jajajajaja
Que sería de nuestro tiempo libre sin los rusos jajaja
Jean Philippe Denizot