La prueba del Alce o Älgtest como es conocida en Suecia empezó siendo una prueba que realizaban los especialistas en motor en Suecia para ver si los vehículos que probaban eran capaces de realizar una maniobra de esquiva rápida ante un eventual obstáculo en la calzada. La cantidad de animales en libertad que puede encontrarse uno por una carretera sueca es bastante elevada y por eso, era importante saber si el vehículo iba a poder esquivar al animal o era peor el remedio que la propia enfermedad.
Volvo (entre otras) preparan sus vehículos para el impacto de estos animales que por su altura, de ser atropellados terminan siempre dentro del habitáculo tras haber impactado con los pilares A, la luna y el techo. Pese a estar muy preparados, el elevado peso de estos animales puede hacer que los ocupantes resulten gravemente heridos y por eso también hay que preparar el coche para la maniobra de esquiva.
La prueba suele realizarse en un tramo o circuito cerrado con pavimento seco y en un recorrido definido por conos con forma de S. Las pruebas empiezan con el vehículo rodando a 60 km/h y esta velocidad va aumentando para ver hasta qué punto puede llegar el vehículo probado.
Pues bien, con el paso del tiempo, las marcas hicieron propio el test y lo fueron perfeccionando. Ahora Volvo Cars ha anunciado que va a comenzar a efectuar las primeras pruebas jamás llevadas a cabo en territorio Autraliano y como en Autralia es complicado encontrar un alce y el problema son los canguros, este animal será el nuevo enemigo de Volvo.
Volvo Cars está desarrollando un sistema de detección de canguros para resolver una de las causas que más colisiones de tráfico genera en Australia.
Un equipo de expertos en seguridad de Volvo Cars viajó a Australia esta semana para filmar y estudiar el comportamiento en carretera de los canguros. Los datos de Volvo Cars serán usados para desarrollar el primer sistema de detección y prevención de colisiones de canguros.
Según las autoridades australianas, cada año se registran 20.000 accidentes con canguros en las carreteras australianas. Estas colisiones suponen un coste de 75 millones de dólares en reclamaciones a las aseguradoras.
Para ayudar a resolver este problema Volvo Cars está desarrollando un sistema único que utiliza la tecnología de radar y una cámara para detectar los canguros y aplicar los frenos automáticamente en caso de accidente inminente.