Aunque para muchos pasen desapercibidos, lo cierto es que los motores de cinco cilindros de Audi son objeto de culto; en parte debido a los éxitos alcanzados en la competición automovilística y también a causa de su fiabilidad y economía. A lo largo de la historia, han desempeñado un papel fundamental en la definición del slogan “A la vanguardia de la técnica”, y a día de hoy siguen proporcionando una emocionante experiencia de conducción asociada a un característico sonido en los modelos más picantes de la gama.
Han pasado nada menos que cuatro décadas desde su llegada al mercado y, desde entonces, Audi ha creado motores de cinco cilindros en versiones diésel y gasolina, atmosféricos, sobrealimentados, de inyección directa e indirecta o de carburación, tanto para vehículos de producción como para grandes modelos de competición; todo ello con su correspondiente evolución.
Podríamos decir que la década de los años ’80 fue la época dorada de estos motores de cinco cilindros, con destacados éxitos en la competición y la llegada de icónicos modelos de calle como el Audi quattro, pero desde aquél entonces las cosas han cambiado mucho. Ahora las reglas dictan que la cilindrada ha de ser lo más ajustada posible para lograr un equilibrio entre rendimiento, prestaciones y eficiencia, priman el downsizing y la racionalidad. Sin embargo, estos motores se mantienen firmes en las versiones más radicales de los modelos estrella de la gama germana, dando vida a los Audi TT RS, el Audi RS3 o el Audi RS Q3.
Es por ello que hoy queremos celebrar junto a Audi las 40 primaveras de sus motores de cinco cilindros, y que mejor forma de hacerlo que a través de un recorrido fotográfico por los modelos más característicos que han equipado estos propulsores a lo largo de la historia ¡Disfrutadlo!
Audi 100 – 1976
El primer motor de cinco cilindros gasolina se montó sobre el Audi 100 en agosto de 1976. Conocido internamente como Type 43, nació para posicionarse por encima de su predecesor en el mercado, ya que, según sus desarrolladores, los motores de cuatro cilindros de aquellos tiempos no eran adecuados para lograr tal objetivo. Por ello, a comienzos de los años 70 los ingenieros de Audi consideraron la posibilidad de introducir motores de cinco o de seis cilindros en línea, aunque estos últimos fueron descartados debido al espacio requerido para su instalación y al desfavorable reparto de peso.
Finalmente, los ingenieros de Audi optaron por el motor de cinco cilindros en línea, basado en el nuevo concepto del motor EA827, un cuatro cilindros ampliamente utilizado por el Grupo Volkswagen durante los años ’70. Por ejemplo, Audi lo montó en los modelos Audi 80 y Audi 100. El motor de cinco cilindros derivado de esta familia, con 2.1 litros de cilindrada, rendía 136 CV (100 kW) a 5.700 rpm e incorporaba un moderno sistema de inyección que incrementaba la eficiencia y la entrega de potencia. Las ventas del Audi 100 con este motor comenzaron en marzo de 1977.
Aparecen los diésel – 1978
Ya en 1978, Audi presentó la primera versión diésel: un motor atmosférico de dos litros de capacidad con una potencia de 70 CV (51 kW) que en 1984 contaría con una versión sobrealimentada de 87 CV. Un año después, el primer motor de cinco cilindros de gasolina turboalimentado hizo su debut con una potencia de 170 CV (125 kW) y 265 Nm de par máximo que impulsaban al entonces nuevo tope de gama, el Audi 200.
Audi quattro, llega el éxito – 1980
El motor de cinco cilindros de gasolina sobre el Audi quattro “original” de 1980 –el “Ur-quattro”– tenía aún más que ofrecer. Dotado de turbocompresor, intercooler y tracción permanente a las cuatro ruedas, constituía un poderoso conjunto técnico para su desarrollo orientado tanto a las pistas de competición como a la carretera. Inicialmente, entregaba 200 CV (147 kW), y algo después, en 1983, el finlandés Hannu Mikkola ganó el título de pilotos del Campeonato del Mundo de Rallyes con este coche.
En aquel mismo año, Audi introdujo la versión Sport quattro en el Salón de Frankfurt, que era 24 centímetros más corto y contaba con vías ensanchadas. Estaba propulsado por un cinco cilindros de nuevo desarrollo con cuatro válvulas por cilindro realizado en aluminio, capaz de entregar una potencia de 306 CV (225 kW). Esto hizo del Audi Sport quattro el coche más potente construido hasta el momento por una marca alemana para su uso en carreteras abiertas al público, al tiempo que el modelo también constituía la base de un nuevo Grupo B Rally Car, con el motor multiválvula entregando 450 CV (331 kW) en su versión para competición.
Este fue utilizado por primera vez en la penúltima prueba del Mundial de Rallyes de 1984, el Rallye Costa de Marfil. Las otras once pruebas de la temporada fueron disputadas por Stig Blomqvist con el Audi quattro A2 Grupo B, que desarrollaba 360 CV (265 kW). Al final, el piloto sueco consiguió el Campeonato de Pilotos y Audi logró el título de Marcas.
Audi Sport quattro S1 – 1987/1989
Incluso después de la retirada de Audi de los rallyes, en 1986, se produjeron otros éxitos destacados en las carreras. En 1987, Walter Röhrl ganó la Subida al Pikes Peak (EE.UU.) con el Audi Sport quattro S1, un coche de competición que entregaba 598 CV (440kW). Y en el campeonato americano de turismos IMSA GTO, Audi destacó en 1989 con su puesta en escena al ofrecer 720 CV (530 kW) y 720 Nm de par con un motor de poco más de dos litros de capacidad.
Esta fue, además, una época de cambio, ya que se hacía necesario mejorar las emisiones y los consumos junto a las prestaciones y el rendimiento. Había que alcanzar el equilibrio, y para ello se incorporaron nuevos catalizadores y sistemas de diagnóstico como los que ya empleaba el motor de veinte válvulas del Audi 200 quattro 20V.
Audi 100 TDI – 1989
Audi presentó otro hito en la historia de la automoción en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt de 1989: el Audi 100 TDI. Fue el primer coche de producción equipado con un motor diésel de cinco cilindros turboalimentado dotado de inyección directa controlada electrónicamente. Este motor, con una capacidad de 2.5 litros, generaba una potencia de 120 CV (88 kW).
Llegan las gamas S y RS – 1991
En este año se presentaba el Audi S4, un familiar de corte deportivo derivado del Audi 100 que sentaría las bases del actual Audi RS6. Estaba equipado con un motor turbo de cinco cilindros y 2.2 litros de cilindrada, 20 válvulas y nada menos que 230 CV de potencia. Este mismo motor también lo montarían posteriormente el Audi S2 Avant y el Audi S2 Coupé.
Al mismo tiempo, Audi continuaba refinando su gama de motores de cinco cilindros gasolina: en 1994 llegó al mercado el Audi RS 2 con 315 CV (232 kW), un modelo que con la potencia de un coche de competición y una carrocería familiar, creó un nuevo segmento.
El retorno – 2009/actualidad
Tras un parón desde 1997, en 2009 se produjo una gran reaparición: con turbocompresor e inyección directa de gasolina, instalado en posición transversal en el Audi TT RS, el motor de 2.5 litros de capacidad desarrollado por quattro GmbH rendía una potencia de 340 CV (250 kW). También ofreció un rendimiento excepcional en el RS 3 Sportback y en el RS Q3.
El TT RS plus, que Audi presentó en 2012, rendía unos impresionantes 360 CV (265 kW). Hoy, el 2.5 TFSI en el Audi TT RS 2016 rinde una potencia de 400 CV (294 kW). Un jurado internacional compuesto por periodistas especializados del motor ha elegido al 2.5 TFSI de cinco cilindros “Motor del Año” siete veces consecutivas desde 2010.
Audi TT Clubsport Turbo Concept – ¿El futuro?
Sí, utiliza el mismo bloque de 2.5 litros del RS3 Sportback, pero en esta ocasión la motorización viene ayudada por un sistema de turbocompresores en el que nos topamos con uno con asistencia eléctrica -asociado a una caja de cambios manual de 6 velocidades-. Gracias a la ayuda y una potencia de 600 CV y 650 Nm de par bajo el capó, el modelo acelera de 0 a 100 km en 3,6 segundos y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 310 km/h con 1.396 kg. de peso.