El Ford Mustang Shelby GT350R es uno de los modelos más radicales que podemos encontrar en el catálogo de Ford Performance, así que no es de extrañar que la compañía del óvalo azul haya dotado al deportivo con algunas de las chucherías del nuevo Ford Mustang GT500.
Las novedades pasan por una geometría de la suspensión delantera revisada y optimizada para asemejarse a las del GT500, una dirección recalibrada, diversos ajustes en la carrocería y el chasis para mejorar la aerodinámica, nuevas llantas de fibra de carbono de serie, un gran splitter frontal y un generoso alerón en la zaga.
Para rebajar el peso del conjunto, se han retirado las plazas posteriores y algunos componentes del escape, al tiempo que llegan nuevas tonalidades a la paleta de colores, los Grabber Lime, Twister Orange, Iconic Silver y Red Hot Metallic. Remata el conjunto un equipamiento de serie más completo.
Así, podemos encontrar FordPass Connect como estándar, que permite a los usuarios controlar diversas opciones desde sus teléfonos móviles inteligentes, Opcionalmente, ahora están disponibles el Paquete Tecnológico, un sistema de sonido premium B&O con 12 altavoces, navegación controlada por voz, iluminación Cobra y alerta de ángulo muerto.
Donde no hay cambios es en el motor V8 de 5.2 litros con doble árbol de levas, el primer V8 de producción de Ford con un cigüeñal plano, una arquitectura que normalmente se encuentra en el mundo de la competición o en los coche de muy alta gama.
A diferencia de un V8 tradicional donde las bielas están unidas al cigüeñal en intervalos de 90 grados, en este diseño hace que todos los intervalos sean de 180 grados para optimizar la respiración del motor a alta velocidad. Cuenta con 500 caballos de potencia y más de 542 Nm de par.