La muerte de los Hellcat más pronto que tarde es algo que ya nos anticipó recientemente el CEO de Dodge, Tim Kuniskis. Sin embargo, un nuevo informe de Motor Authority tras una entrevista con Kuniskis en el Salón del Automóvil de Los Ángeles revela que la fecha definitiva será 2023. En palabras del CEO, «tenemos dos años más para comprar un Hellcat, luego será historia«.
Kuniskis continúa explicando que la poderosa mecánica sobrevivirá hasta finales de 2023, pero que es necesario retirarlos por las estrictas normas anticontaminación. Con ello, serán pocas las opciones que queden en el mercado para los amantes de los «auténticos» muscle cars americanos. Si bien no son tan bestias como los originales, al menos no son tan descafeinados.
Pero la historia, por desgracia, no acaba ahí. Kuniskis también ha revelado que «los modelos que conocemos hoy saldrán de producción para cuando lleguemos a 2024«. Según los informes, el Charger y el Challenger serán reemplazados por «modelos nuevos en plataformas nuevas«, aunque el ejecutivo se negó a decir si los vehículos mantendrán sus nombres.
La estrategia de Dodge para los Hellcat
Hace unos meses, el Stellantis Day nos dejó grandes noticias acerca del futuro de la compañía que, como estarás imaginando, pasa por la electrificación. Según el fabricante, veremos un Dodge muscle car eléctrico en 2024 como parte de su estrategia para acelerar la transición a la electrificación y desarrollar un nuevo software.
Stellantis invertirá 30 mil millones de euros hasta 2025 para electrificar sus 14 marcas. Como parte de dicha inversión nacerá el programa eMuscle, enfocado a los muscle car equipados con un tren motriz eléctrico. Sí, parece que en Estados Unidos la cosa se pondrá también seria. Es más también se habla de un Dodge híbrido enchufable de cara al próximo año.
A juzgar por el breve vistazo que Stellantis nos ha ofrecido de su muscle car eléctrico, será algo similar a una reinterpretación moderna del Charger de 1968. Por ahora no está claro si es un coupé o un sedán deportivo, pero podría servir como reemplazo para los Challenger o el Charger actuales. Además, la tracción será total, no posterior.