Puedes amarle u odiarle, pero está claro que este hombre no te va a dejar indiferente con sus opiniones. Los vehículos de combustión en su conjunto representan una quinta parte de todas las emisiones contaminantes de los Estados Unidos, y tanto demócratas como republicanos han trabajado mucho a lo largo de los años para obligar a los fabricantes de automóviles a reducir las emisiones a través de la legislación. Vamos, igual que ocurre en Europa.
Sin embargo, nuestro amigo Donald no está del todo de acuerdo con eso de que la culpa sea de los coches, es un gran amante del automovilismo a juzgar por la colección que posee y en más de una ocasión ha señalado que el cambio climático es un cuento chino, burlándose durante su campaña de manera reiterada del mismo y despreciando a la comunidad internacional por defenderlo.
Y ojo con el señor Trump porque tal y como señala el Wall Street Journal citando a John Mashburn, un alto asesor de política del nuevo Presidente de los Estados Unidos: «La administración Trump llevará a cabo una revisión exhaustiva de todos los reglamentos federales. Esto incluye las normas de economía de combustible y emisiones para asegurarse de que no están perjudicando a los consumidores o los trabajadores estadounidenses«. Pues nada Donald, póngamonos manos a la obra para derretir los Polos aspirando CO2.
Lo peor de todo es que Trump no solo tendrá bajo su mando la Casa Blanca, sino también el Senado y la Cámara de Representantes, los cuales están bajo el control republicano. Lógicamente eso hace que sea mucho más fácil para él derogar las leyes que quiera. Todos sabemos que los estadounidenses no quieren coches más pequeños y eficientes porque los precios de la gasolina son irrisorios –¡A ellos les vas a dar un eléctrico!-, pero de ahí a que se defienda que la legislación de emisiones es un motivo por el cual se está perjudicando a fabricantes y trabajadores… Oiga, que Tesla también fabrica coches.
En resumen, el equipo de Donald Trump opina que es mucho mejor no coaccionar a los fabricantes para que inviertan grandes sumas de dinero en nuevas tecnologías y continúen creando grandes SUV y pick up tragones que es lo que al pueblo americano le gusta y así, de paso, no se pierden puestos de trabajo. Pero eh, que el dato de que 5,5 millones de personas mueren en todo el mundo a consecuencia de la contaminación del aire se lo han inventado los chinos. En la década de los ’70 este tipo de políticas pues oye, tenían su gracia, pero a día de hoy no sé vosotros, pero a mi es que el peinado de aquella época no me termina de convencer…
Quizá alguien debería recordarle a este hombre las palabras de John F Kennedy: «Elegimos ir a la Luna en esta década y hacer otras tantas cosas no porque sean fáciles, sino porque son difíciles; porque esa meta servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades; porque ese reto es el que estamos dispuestos a aceptar, el que no estamos dispuestos a posponer, y tenemos la intención de ganar «. Ahora, el siguiente reto es cambiar el aire del mundo a mejor, no se me desvíe usted.