El buque insignia de la marca bávara ha sido renovado para seguir en la punta de lanza del segmento de las grandes berlinas de lujo, uno de los más competidos.
Para ello, BMW ha dispuesto una serie de pequeños cambios estéticos, detalles sutiles, que evolucionan la imagen del Serie 7 que, recordemos, lleva con nosotros desde 2009.
Entre ellos, destacan los nuevos faros, en el que los mundialmente conocidos angel eyes refuerzan su imagen con nuevos anillos más gruesos y brillantes. Además, la parrilla de doble riñón, otra de las señas de identidad de BMW, aumenta de tamaño.
En la zaga, los cambios son mínimos, limitandose a la incorporación de una nueva banda cromada en el inferior.
Respecto al interior, los cambios se reducen a un nuevo equipo de sonido y multimedia, además de la incorporación de un nuevo cuadro de mandos interactivo, consistente en una pantalla de 9,2 pulgadas, que proporciona gran cantidad de información dependiendo del modo de conducción seleccionado.
En el apartado mecánico, todos los motores, excepto el brutal V12, reducen sus consumos, incluyendo el ActiveHybrid, que sustituye el anterior V8 por el 6 cilindros en linea sobrealimentado que ya monta el 740i. Además, el motor diesel triturbo de 3 litros y 6 cilindros que produce 380 cv, se incorpora a la gama, acompañado por el sistema de tracción integral XDrive, dando lugar al nuevo 750d.