Malas noticias para los trabajadores de Vauxhall en las instalaciones británicas de Ellesmere Port. Según un reciente análisis es una de las plantas que podría cerrar en los próximos años por culpa del Brexit, dejando sin trabajo a más dos mil personas (directamente).
El problema principal que tienen los vehículos fabricados en Ellesmere Port es que la mayor parte de las piezas son importadas de otros países de la Unión Europea, siendo sólo el 25% de ellas de producción local. De imponerse aranceles tras la salida del Reino Unido de la UE, el coste se elevaría demasiado y no sería viable continuar con la actividad.
Por el momento no deberían producirse cambios pero la próxima generación del Astra, prevista para dentro de cinco años, podría ser asumida por la planta de Gliwice en Polonia, hasta ahora encargada de la producción del compacto con volante a la izquierda.
No hay datos sobre la viabilidad de la planta que General Motors posee en Luton y que se encarga de la producción del Vivaro aunque también podría sufrir las consecuencias del Brexit, llevando la fabricación a la planta francesa desde la que ya salen los Renault Trafic, Fiat Talento y Nissan NV300.
El Reino Unido tiene por delante muchas negociaciones con la Unión Europea y tal vez consigan un acuerdo de libre comercio como ya ocurre con Islandia, Noruega y Suiza aunque deberían aceptar también la libre circulación de personas, justo lo único a lo que no parecen estar dispuestos.