Al parecer, los bajos valores de reventa del coche eléctrico o con algún tipo de tecnología de batería de gran o media capacidad han empujado a las empresas de leasing y renting que por cierto, según los últimos datos mueven algo más del 50% de las transacciones a nivel europeo, a aumentar los precios de sus cuotas.
No hablamos de un aumento por el sobrecoste de la inflación, hablamos de un aumento de hasta el doble de la cuota que se pagaba hace años por coches de similares características.
En los últimos tres años muchas de estas empresas han duplicado cuotas y otras muchas ahora amenazan con abandonar el negocio si los reguladores las obligan a pasarse a los vehículos eléctricos de una forma precipitada.
El incremento de las cuotas se debe principalmente al bajo valor de reventa que tienen los coches eléctricos e híbridos enchufables. El mercado de segunda mano para estos coches es todavía muy cauto al no saber a ciencia cierta el estado de las baterías y a la reducción de las garantías tras un uso de 3 o 4 años.
Los recortes en las ayudas a la compra del coche eléctrico no han hecho más que agravar esta situación que ya de por sí era complicada
La falta de confianza, el aumento de precios y la retirada de las ayudas está afectando a las ventas de coches con esta tecnología y por lo tanto, anuncian un estancamiento en la transición eléctrica de Europa, justo cuando Bruselas quiere aumentar la adopción de este tipo de tecnología.
Según datos proporcionados a Reuters por Dataforce, en los 16 mercados europeos donde puede identificar registros de flotas -incluidos Alemania, Gran Bretaña, Francia y España- el 60 por ciento de los vehículos eléctricos nuevos se destinan a flotas corporativas y comerciales.
Los expertos dicen que esos compradores utilizan casi exclusivamente el alquiler y aproximadamente la mitad de las ventas restantes a compradores privados también son alquileres o alguna forma de compra a plazos.
En mercados sin ayudas para los vehículos eléctricos para compradores privados, el dominio de las empresas de renting o leasing es aún más pronunciado.
Por si no sabes cómo funcionan esta clase de empresas, el precio de un arrendamiento está diseñado para tener en cuenta la depreciación de un vehículo durante el período medio de arrendamiento de tres años, según los precios de reventa estimados o los valores residuales.
Esto significa que si los precios de segunda mano terminan siendo más bajos de lo previsto cuando finaliza el contrato de arrendamiento, las empresas de arrendamiento sufren un impacto financiero cuando recuperan el vehículo. Esto es lo que le ha pasado a algunas empresas de alquiler de vehículos con sus flotas de coches eléctricos -en este caso además hay que sumarle el hecho de que marcas como Tesla recortaron también el precio de sus coches durante las trasacciones-.
Aunque aún hay cierta burbuja, la realidad es que los precios de los coches eléctricos de segunda mano han ido cayendo en Europa desde que alcanzaron su punto máximo en octubre de 2022.
Como puedes imaginar con estos datos, la encrucijada es mayúscula y de no poner un poco de calma, serán muchas las empresas que se decanten por no trabajar con eléctricos por su falta de rentabilidad a medio plazo.