No es difícil percatarse de que el pago por uso de diferentes servicios le está ganando cada vez más terreno a la propiedad. Párate a pensar. Los servicios de suscripción más evidentes son Netflix, HBO, Spotify… Sin embargo, ¿qué hay de la alarma de tu casa, los servicios del termostato digital de tu salón o el coche por suscripción de carsharing que cogiste el sábado para ir a cenar?
Sí, puede que no te hayas dado cuenta, pero el pago por uso está cada vez más presente en todos los ámbitos de nuestro día a día y el sector de la automoción no es ajeno a ello. De hecho, la tendencia va en aumento cuando hablamos del coche por suscripción. No están las cosas para ataduras y los usuarios ya no quieren tener, quieren usar; no buscan productos, buscan servicios, experiencias.
Comprar, arrendar o alquilar eran hace unos años las tres opciones posibles para “poseer” un automóvil, ya fuese de forma temporal, a largo plazo o de manera permanente. Sin embargo, el avance de la tecnología, la digitalización y el cambio de comportamiento de los usuarios ha propiciado la revolución del modelo de suscripción, con grandes ventajas frente al elevado coste de propiedad de un vehículo.
Lo más interesante de compañías especializadas en este tipo de servicios como myEuropcar es que este servicio no nos obliga a adquirir el coche de ninguna forma. Simple y llanamente pagamos por su uso. Lógicamente, la cuota a pagar varía en función del tiempo que vayamos a usar el automóvil y de los servicios adicionales que contratemos, como el seguro ampliado.
El coche por suscripción, tendencia en auge
Cada vez más empresas se suman a los servicios de Car As a Service. No es de extrañar, ya que hablamos de la potencial solución de la industria para cubrir las expectativas y comportamientos cambiantes de los clientes. Además, esta tendencia representa tan solo una parte de una transformación más amplia del transporte particular, caracterizada por altos gastos generales y bajo uso.
Para que os hagáis una idea del potencial de los vehículos por suscripción, se han invertido más de $700 millones en capital de riesgo desde 2015 en nuevas empresas de Car As a Service. Es más, ocho de las 10 nuevas empresas con al menos $1 millón en fondos de capital tienen su sede en el Viejo Continente. Gracias a ello, Europa es uno de los mayores contribuyentes de ingresos en Car As a Service en el mercado mundial.
Teniendo en cuenta que los coches por suscripción agregan un nuevo grupo de ganancias a una industria que no está en su mejor momento y, además, llenan un espacio en blanco en el mercado de consumo; las estimaciones apuntan a que este mercado alcanzará los $88.910 millones en 2030. Será un crecimiento progresivo e influenciado por diversos factores, pero sin duda, será.
Desde Boston Consulting Group señalan que Europa tiene el potencial de ser el mayor mercado de suscripciones. Según revelan sus más recientes estudios, el mercado de coches por suscripción solo en Europa y los Estados Unidos podría alcanzar los $40 mil millones para 2030. Hablamos del 15% de las ventas de coches nuevos, con un volumen de 5 a 6 millones de vehículos.
Los beneficios del pago por uso en el coche
El modelo de coche por suscripción tiene algunos beneficios muy interesantes con respecto a las formas de arrendamiento tradicionales y, sobre todo, frente a la propiedad:
- Un servicio conveniente, porque nos permite utilizar el vehículo cuando lo necesitemos (como unas vacaciones) con los servicios adicionales que queramos incluir, como el seguro a todo riesgo. Está pensado para que disfrutes usándolo, sin quebraderos de cabeza ni ataduras.
- Gran flexibilidad para tener el coche que necesitas, cuando lo necesitas. O el coche que quieres, cuando lo quieres. Una furgoneta para ir con los amigos de vacaciones, un descapotable para ligar después de dejarlo con tu pareja… Tú eliges cuándo te suscribes y cuándo lo cancelas, con la comodidad de hacerlo online.
- No necesitas tener ahorros ni meterte en créditos, ya que solo tendrás que pagar el coste de la suscripción y los servicios que contrates.
- Y hablando de costes, los precios son competitivos, desde luego mucho más que tener un coche en propiedad o apostar por un renting o un leasing. Lógicamente, la flexibilidad y la comodidad tienen un precio más elevado, pero nos evita endeudarnos.