Desde que arrancase su línea de producción en Saarlouis (Alemania) en 1976, más de 17 millones de unidades del Ford Fiesta han encontrado un hogar en todo el mundo, de los cuales, nada menos que 5 millones han sido fabricados en la planta de producción de la marca en Almussafes (Valencia). El resto de la producción se reparte entre las plantas de Dagenham (Reino Unido) y Colonia (Alemania). Henry Ford II quería un nuevo producto que fuera espacioso a la vez que contenido en dimensiones, asequible, eficiente y práctico, así que el proyecto se aprobó en septiembre de 1972.
Y es que cuatro décadas dan para mucho, desde interminables viajes que no se habían planeado hasta encuentros con tus primeros amores, rallies improvisados de polígono, juventud, libertad, locura… y todo ello encapsulado en una carrocería con cuatro ventanas, dos lunetas y un techo. Es por ello que para celebrar esta efemérides tan especial hemos recopilado algunos de los acontecimientos más reseñables de la historia del modelo y sus mejores curiosidades, todo ello acompañado de una extensa galería de imágenes.
El Ford Fiesta de primera generación surgió como un prototipo -el Bobcat- y llegó a la sociedad española en una época de grandes cambios. La denominación del modelo fue todo un quebradero de cabeza, barajándose nombres como Amigo, Metro, Cherie, Pony, Tempo, Bolero y Sierra, aunque el que gozaba de mayor aceptación fue el de Bravo. Sin embargo, finalmente el propio Henry Ford II optó por un nombre muy «typical spanish» para conmemorar que la producción de los motores se iniciaría en Valencia: el Ford Fiesta.
En realidad, el nombre del modelo podía relacionarse con el público objetivo al que estaba dirigido, pues era sinónimo de juventud, rebeldía y frescura. El 18 de octubre de 1976, el Rey Juan Carlos I y Henry Ford II inauguraron la planta de Almussafes, dando inicio a la producción española.
Desde luego, si tenemos en cuenta que esta primera generación del Ford Fiesta se lanzó al mercado el mismo año en el que se fundó Apple y que se inauguraron por primera vez los vuelos supersónicos del Concorde, el modelo bien podríamos decir que estaba llamado al éxito. El Ford Fiesta MKI se caracterizó por ser un vehículo compacto con cuatro velocidades y tracción delantera que ofrecía motores de gasolina de 957 centímetros cúbicos de alta o baja compresión, y de 1.0, 1.1 y 1.3 litros (este último para la versión Ghia y la variante deportiva S que llegaron en 1977). Más delante, en 1981, llegaron algunas versiones deportivas como el Fiesta XR2 1.3 Super Sport de 66 caballos, seguido del 1.6 de 84 caballos en 1984.
La segunda generación llegó en 1983, después de que se hubieran fabricado ya más de un millón de unidades en Valencia para el mercado español y más de dos millones en la planta de Saarlouis (Alemania). Esta nueva versión destacó por su aerodinámica y por la llegada del motor diésel 1.6 de 54 caballos a la gama, el cual homologaba un consumo de solo 3,8 litros a los 100 kilómetros. Toda una novedad en su segmento. No faltaron tampoco las motorizaciones de gasolina de 1.0 y 1.1 litros y la caja manual de cinco velocidades para el bloque de 1.3 litros.
Las variantes deportivas del Ford Fiesta MKII fueron el XR2 de 96 caballos y el 1.3 litros gasolina HCS de 96 caballos. Asimismo, Ford inició la venta de la versión 1.1 CTX cuya protagonista era una caja de cambios automática.
La tercera generación del Fiesta supuso un cambio radical al llegar al mercado con una apariencia mucho más moderna y aerodinámica que la de sus predecesores. Estaba disponible en versiones de tres y cinco puertas y disponía de un completo equipamiento en el que no faltaba siquiera el sistema antibloqueo de frenos (ABS), tan poco habitual en la época en vehículos de este segmento que el Fiesta fue el primero en Europa en incluirlo. Con él llegó además una amplia variedad de motores diésel y gasolina (1.0, 1.1, 1.4 y 1.6 litros) que motivaron que el Fiesta fuese reconocido como Coche del Año también en 1989.
A su vez, los modelos deportivos evolucionaron al XR2i con motor de 1.6 litros, transmisión manual de cinco velocidades y 110 CV en 1989; y el RS Turbo con el mismo motor pero alimentado por un turbo obra de Garret que le permitía desarrollar 133 caballos en 1990. En 1991 llega el Ford Fiesta Courier y antes del lanzamiento de la cuarta generación también vieron la luz el Fiesta RS 1800 con motor de gasolina de 1.8 litros en 1992 y los airbag de serie en 1993. Además, fue vehículo oficial durante la Expo de Sevilla del ’92.
En 1997 y 1998 nacieron dos modelos basados en la arquitectura del Ford Fiesta: el Ford Puma sports coupé y el Ford Libre Concept.
La cuarta generación nació en 1995 con variaciones importantes en cuanto a diseño, seguridad y carrocería. Entre las novedades incluía airbag de piloto y acompañante de serie -opcionales los laterales-, ABS electrónico, control de tracción y motores multiválvulas de aleación ligera Zetec–SE de 1.25 litros con 75 caballos y 1.4 litros con 90 caballos-; Endura-E de 1.3 litros y diésel Endura de 1.8 litros que llegó en el año 2000, ambos con una potencia de 60 caballos.
De cara a 2002 el Fiesta alcanzó su apogeo con el lanzamiento de la quinta generación. Luciendo un diseño bautizado como “New Edge”, unas formas redondas y modernas, bajos niveles de consumo, elementos de seguridad como el control de estabilidad –ESP- y el cambio automático Durashift EST, esta nueva generación era la más rompedora hasta la fecha. Además, la revisión de esta generación para Europa incluyó mejoras como el reproductor MP3 o el sistema Bluetooth (2006), entre otros.
Por otra parte, los avances mecánicos también se vieron reflejados en una remozada gama de propulsores entre los que no faltaban los motores gasolina Duratec de 1.3, 1.4 y 1.6 litros y la mecánica de 2.0 litros con 150 caballos que incluía la variante deportiva ST desde 2005. Los motores diésel que se comercializaron fueron los 1.4 y 1.6 litros de 68 y 90 caballos, respectivamente.
2008 trajo consigo la sexta generación del Ford Fiesta en el Salón de Ginebra, la cual lucía orgullosa nuevas formas, faros rasgados y un aspecto más deportivo y juvenil si cabe tanto en el exterior como en el interior, donde los acabados aumentaron de calidad significativamente y se incluía una intuitiva consola central de diseño futurista. En esta misma línea de novedades, merecen igualmente especial mención innovaciones como las luces de encendido automático, el arranque sin llave o el control de crucero. La gama mecánica estaba compuesta por motores gasolina de hasta 120 CV -además del Fiesta ST con 150 CV- y diésel cuya potencia iba de 68 a 90 caballos.
En 2009 el Ford Fiesta hizo su debut al otro lado del Charco en el Salón del Automóvil de Los Ángeles. Ese mismo año fue nombrado nuevamente Coche del Año por la revista What Car?.
En 2013 conocimos la última generación de este modelo como un restyling de la anterior. En él encontrábamos ligeros cambios estéticos como la parrilla frontal y mejoras tecnológicas en el equipamiento tales como las llaves programables MyKey, el sistema de conectividad y control por voz SYNC y el sistema Active City Stop de frenado automático. Las novedades mecánicas tuvieron que ver esencialmente con los motores de gasolina tricilíndricos 1.0 Ecoboost de hasta 120 CV y las evoluciones del ST de 182 y 200 caballos. Además, en 2014 llegaron los Fiesta Red Edition y Black Edition; en 2015 los Fiesta Black and White Editions y este año conocimos en el Salón de Ginebra el Ford Fiesta ST200.
Ahora, solo queda esperar hasta 2017 para conocer la octava generación de un mítico icono en formato compacto.
Es increíble que 40 años después el primer fiesta siga siendo bonito
Genis Cartanyà
Dani Ruiz Fdez
Lola Albuger
Y q. Cumpla muchos mas .