El Ford Kuga se convierte en el cuarto modelo de la firma en recibir el nuevo nivel de acabado ST-Line que destaca por incluir ciertos elementos con los que se consigue una imagen más dinámica. Se ofrecerá antes de que termine el año con varias mecánicas tanto diésel como gasolina.
Exteriormente el Ford Kuga ST-Line ha sido desarrollado sobre la base de la versión post-restyling que todavía no está a la venta. Incluye faldones laterales, extensión de paragolpes, cristales sobretintados, parrilla específica, difusor inferior trasero exclusivo, colas de escape cromadas y parrilla específica.
En el interior destaca por incluir unos asientos deportivos específicos con tapizado mixto tela/piel, pomo del cambio específico, pedales deportivos en aluminio, volante deportivo, detalles en negro lacado y apliques decorativos en consola central en pintura «Deep Space».
Otros cambios que estrena esta versión son las molduras de ventanillas en negro brillante, suspensión deportiva y rebajada en 10mm, detalles decorativo en contorno de faros antiniebla y una dirección asistida con diferente calibrado que mejora la precisión.
Lo más curioso es que para el Kuga la oferta ST-Line incluirá todas las mecánicas conocidas, arrancando con el 1.5 TDCI con 120 CV en diésel, y con el 1.5 Ecoboost de 120 CV en gasolina. Por encima están los 2.0 TDCI con 150 y 180 CV, y los 1.5 Ecoboost con 150 y 182 CV. Dependiendo del elegido podrá ir asociado a la tracción delantera o total, y al cambio manual o Powershift.