Hace exactamente 50 años que en el Salón de Ginebra se presentó la estrella indiscutible del evento, el Lamborghini Countach LP 500. Presentado en un color amarillo inolvidable, este modelo de póster debutó a las 10:00 de la mañana y desde entonces, ya nada fue igual para la marca.
El éxito fue tan bestia que una verdadera carrera contra el tiempo comenzó tras la presentación cuando el fabricante tuvo que empezar a satisfacer todas las solicitudes de los clientes y a transformar el «automóvil de exhibición» orientado al futuro en un vehículo de serie, una auténtica locura -aunque habláramos del pequeñas cantidades-. La decisión de presentar el Countach LP 500 en las instalaciones de Bertone se justificó por el hecho de que Lamborghini exhibía el último vástago de la marca del toro: el Miura SV.
Con este doble concepto, la empresa comunicó y confirmó su solidez, pero sobre todo su fuerza y potencia en materia de innovación, de modo que el Countach LP 500, que hizo escala en Ginebra en los meses siguientes, apareciera en todas las revistas internacionales del motor.
El proyecto Countach con la codificación interna LP112 -donde LP significa la disposición longitudinal trasera del motor de 12 cilindros- surgió del deseo del fundador Ferruccio Lamborghini de que la imagen de empresa ya probada con el Miura, caracterizada por un diseño y estado pioneros fuese aún más visible y potente.
El director de esta gigantesca tarea fue el ingeniero Stanzani, que ha estado con Lamborghini desde 1963 y ha sido director general y director técnico desde 1968 así como responsable de la mecánica del Countach.
Las líneas estéticas, claras y orientadas al futuro, incluso después de 50 años en activo, provienen de la pluma de Marcello Gandini, director de diseño de Carrozzeria Bertone. También es gracias a él el diseño de las puertas de tijera que han estado presentes y han caracterizado a los modelos de 12 cilindros de Lamborghini desde aquel entonces.
El LP 500 se diferencia significativamente del Countach que entró en producción en 1974 por varios puntos claves entre los que nos encontramos un chasis hecho de chapa de acero en lugar del marco de celosía de acero tubular, la unidad de 12 cilindros tenía una cilindrada de 4.971 cc, las entradas de aire del motor recordaban a las branquias de un tiburón y el interior contaba con unos sofisticados instrumentos electrónicos.
El nombre del vehículo se remonta a una expresión del dialecto piamontés. En el transcurso del montaje final, el vehículo fue escondido en un almacén de maquinaria agrícola de una finca cercana a Grugliasco (Turín) con el fin de evitar posibles interrupciones en la producción relacionadas con el malestar que tenían los trabajadores de la marca por aquel entonces. Cuando finalmente fue «descubierto» por un agricultor, este exclamó lleno de asombro y entusiasmo: «Countach». Cuando el piamontés Marcello Gandini se enteró, reconoció el enorme potencial comunicativo en esta palabra y también convenció a Nuccio Bertone, Ferruccio Lamborghini y su colega Paolo Stanzani.
Tras el éxito en Ginebra, el principal piloto de pruebas de Lamborghini, Bob Wallace, comenzó a poner a prueba el LP 500, que ahora estaba equipado con un motor de 4 litros más fiable. La historia de este extraordinario vehículo terminó a principios de 1974 con las pruebas de choque necesarias para la homologación del vehículo en serie, en el transcurso de las cuales fue destruido.
De 1974 a 1990, se produjeron 5 series diferentes del Countach. El modelo no solo adornó las paredes de toda una generación y se convirtió en una estrella de la gran pantalla en numerosas películas, sino que también permitió a Lamborghini sobrevivir a los años más difíciles de su historia y finalmente alcanzar el estatus de leyenda.