La carrera por el coche autónomo continúa a una velocidad vertiginosa, y ahora uno de los objetivos principales para conseguir esta meta es alcanzar una cifra de kilómetros elevada para poder llevar a cabo el mayor número de pruebas posibles. En cabeza tenemos a Google como el más fiable con más de un millón de kilómetros de rodaje, seguido de otras marcas como la compañía de Elon Musk -Tesla Motors-, BMW o la americana Ford.
El problema que nos acaba de desvelar esta última es cuanto menos peculiar, y es que los ingenieros de la compañía americana al cargo de supervisar los vehículos autónomos en pruebas acaban cayendo dormidos tras largas jornadas de aburrimiento sin tocar el volante.
Sí, aunque parezca la típica noticia del día de los inocentes es una realidad, y si lo pensamos bien un problema realmente a tener en cuenta cuando un ser humano ‘conduzca’ durante un largo periodo de tiempo un coche autónomo. La misión de Ford, al igual que el resto de fabricantes que se han embarcado en esta lucha es la de conseguir la mayor cantidad de kilómetros en el contador, teniendo siempre en cuenta todo tipo de situaciones y para ello circulando en escenarios con tráfico real.
Ahora una ley en los EEUU ha llegado para regular la implantación del vehículo autónomo a nivel comercial, en esta misma se describen hasta 6 ‘escenarios’ diferentes para que esta forma de transporte llegue a hacerse una realidad. Realmente el escenario 0, del que partimos es aquel en el que no existe ningún tipo de asistencia al conductor, así que hablaríamos de 5 escenarios. Desde un nivel uno en el que existen diferentes asistencias al conductor hasta el escenario cinco en el que el coche toma al 100% el control y por lo tanto una función autónoma integral.
El problema que está experimentando Ford con la conducción autónoma se produce en el escenario 3, en el que el ser humano ya no tiene que tomar el control del vehículo pero si supervisarlo constantemente para comprobar que no se produzca ninguna anomalía en la conducción. Pues bien, los ingenieros encargados de este trabajo están cayendo exhaustos pese a que la marca del óvalo ha incluido todo tipo de sistemas para evitarlo: desde alarmas, volantes y asientos que vibran ¡Y hasta un segundo ingeniero en el interior!
«Estos son ingenieros entrenados que están ahí para observar todo lo que está sucediendo«, declaró Raj Nair, Jefe de Desarrollo de Producto de Ford, a un medio americano en una entrevista reciente. «Pero es la naturaleza humana la que empieza a confiar cada vez más en el vehículo hasta que realmente sientes que no necesitas estar prestando atención«.
En el intento final de resolver este peculiar problema, Ford ha decidido eliminar los planes de venta de los vehículos enmarcados en este escenario 3 y dar el salto directamente a los escenarios 4 y 5. Además se espera una inversión realmente importante en este proyecto, ya que en los próximos años se integrarán nuevos ingenieros y especialistas en inteligencia artificial y robótica, con el objetivo de desarrollar una plataforma de software de inteligencia artificial para los futuros vehículos totalmente autónomos.