Durante los años que llevo dedicándome al mundo del motor me he percatado de que hay mucha ignorancia y ojo, que esto no es malo si esta no es atrevida. Yo mismo reconozco ser un ignorante en muchas materias y no pasa nada. El problema llega cuando «nos creemos que sabemos» de algo y resulta que no damos la talla.
Dejando esto a un lado, hoy voy a hablaros de algo que muchos conductores ignoran durante la compra de su coche y sí, es algo fundamental, sobre todo para los que están buscando comprar un coche y lo quieren dedicar a una actividad algo más intensiva como puede ser la de tirar de un remolque.
A priori mucha gente piensa que cualquier coche al que se le pueda instalar una bola de remolque, vale para remolcar y esto es una verdad a medias, sobre todo cuando hablamos de remolques con determinado peso.
Antes de hablar sobre los mejores motores que bajo nuestra humilde opinión son los más recomendables para estas tareas, hay que hace un repaso a los términos de par y de potencia.
¿Es mejor un coche potente o un coche con par para llevar un remolque con soltura y seguridad?
Si olvidamos el lenguaje de los ingenieros y nos centramos en una explicación más divulgativa, podemos decir que la potencia de los coches nos permite aumentar la velocidad más rápidamente cuando estamos acelerando a fondo, mientras que por otra parte, el par nos permite mover el peso del vehículo y ponerlo más rápidamente en movimiento.
En otras palabras, el par te permite hacer el trabajo, pero la potencia te permite hacer el trabajo rápidamente.
En el mercado hay motores para todos los gustos pero siempre tenemos que fijarnos en las prestaciones que nos ofrecen, y es que tanto par como potencia son necesarios. No vale de nada tener 150 CV si tenemos un par de 100 Nm y es que debemos de buscar un equilibrio casi perfecto entre potencia y par.
Para que entendáis esto, tenemos que mirar tres ejemplos muy diferentes, el de un superdeportivo, el de un coche medio y el de un camión. En el caso del superdeportivo nos encontramos con la perfección, pues vemos cifras de par elevadas y cifras de potencia elevadas por lo que como resultado encontraremos cifras de aceleración muy bajas y velocidades muy altas -lo idílico-.
En el caso de los coches medios nos encontraremos de todo, desde potencias elevadas con bajo par a potencias bajas con alto par, pasando por el coche medio que es un coche que tiene un par y una potencia acorde a sus necesidades pero poco más.
Por último encontraremos el caso del camión o los vehículos de transporte, que aunque tienen cifras de potencia bastante considerables, estas son superadas por el par motor.
Como puedes observar, si lo que queremos es destinar el coche a llevar un remolque y no lo vamos a usar para competir, lo mejor es que nos vayamos más hacia las «mecánicas de camión» que a las de coche utilitario porque por supuesto, doy por hecho que nadie va a tirar de un remolque con un superdeportivo (aunque lo hemos visto en alguna ocasión)
Has de saber que la potencia es una medida del trabajo, lo que significa una fuerza aplicada a un objeto y el desplazamiento de ese objeto en la dirección de la fuerza aplicada. El par es una medida de esfuerzo de torsión que permite girar elementos. A diferencia de la potencia, incluso si el objeto no se mueve, se puede aplicar esfuerzo de torsión sobre él.
Una vez que podemos medir el par, podemos medir la potencia. La fórmula es simple y es que basta con multiplicar el par por la velocidad del motor en revoluciones por minuto y dividirla entre 5.252 para obtener la potencia exacta que tiene el motor a unas revoluciones por minutos determinadas.
El par mide la cantidad de trabajo que se realiza y la potencia mide la rapidez con que se realiza ese trabajo.
En el caso de los remolques, la respuesta es clara. Como necesitaremos un mayor esfuerzo porque tendremos un mayor peso -hay que sumar el peso del vehículo y el peso del remolque-, necesitaremos mucho más par. Esto se debe a que el par es mucho más útil que la potencia porque nos permite tirar de más carga.
La capacidad de remolque de un vehículo se refiere a la cantidad de peso de la que puede tirar y como norma general, se dan dos cifras -con frenos y sin frenos-. En el caso de la gran mayoría de remolques que se usan en el mundo del caravaning, se emplean remolques con frenos salvo excepciones que por peso están exentas de llevarlo. Si te fijas, hay vehículos que no anuncian cifras nada altas y otros que pueden tirar de más de 2400 kg.
El motor de tu coche crea el par y lo usa para hacer girar el cigüeñal, que está conectado a la transmisión. Los engranajes de la transmisión convierten ese par de forma que el coche pueda moverse.
Si has remolcado mucho, seguro que te has dado cuenta de que el coche te pide mucho la tercera y la cuarta velocidad, y el motivo es porque son marchas que mejoran la relación del par respecto a una quinta o una sexta velocidad, más enfocadas a los bajos consumos y a la velocidad punta.
Pero ¿la potencia no es importante? ¿qué papel juega cuando remolcamos?
Hemos establecido que el par proporciona la fuerza de torsión pero, ¿y la potencia?.
Como discutimos anteriormente, la potencia nos permite ganar la velocidad y aunque no hablemos de rebasar los límites establecidos en las vías, si que se puede necesitar una rápida aceleración o recuperación en caso de adelantamientos, rebases y otras situaciones.
En otras palabras, si tu motor no tiene mucha potencia, no esperes tener un tiempo de respuesta rápido y una transición hacia la velocidad necesaria rápida.
Una vez más recuerda, el par te permite trabajar y la potencia, hacer tu trabajo más rápidamente.
La respuesta aquí es clara, busca siempre par pero no dejes de lado la potencia porque si obvias esta, tendremos un vehículo capaz de mover peso pero no de conseguir grandes velocidades ni grandes recuperaciones y ten en cuenta que buscamos algo equilibrado porque cuando dejes el coche en casa y quieras moverte con soltura necesitarás el equilibrio.
Entonces, ¿cuál es el veredicto?
Al final, todo lo que os hemos contado apunta a que el par es más importante que la potencia en lo que respecta a la capacidad de remolque. Esto se debe a que los altos niveles de par nos permiten mover cargas más pesadas con mayor facilidad y con menor esfuerzo.
Como norma general y atendiendo a que te hemos comentado, es mejor que busques una mecánica más tirando a la de los camiones o vehículos comerciales que a otra cosa, ahora seguro que entiendes el motivo por el que los camiones generalmente usan mecánicas diésel y es que en estos casos no solo hablamos de un ahorro de combustible notable sino de mayores cifras de par.
¿Hay alguna cifra de par y alguna de potencia equilibrada?
En el caso de un SUV como el Audi Q3, no encontramos con que el Audi Q3 35 TSI nos encontramos con 110 kW (150 CV) / 5000 – 6000 rpm y un par motor de 250 Nm disponible entre 1500 – 3500 rpm. En el caso del Audi Q3 35 TDI hablamos de 110 kW (150 CV) entre las 3000 – 4200 rpm y un par máximo de 340 Nm entre 1750 – 3000 rpm.
Como puedes ver, la mecánica turbodiésel ofrece 90 Nm de par adicionales desde las 1750 rpm y aunque no hablamos de una cifra exagerada, es suficiencte para mover con soltura al modelo y a la caravana que arrastre. Si queremos un poco más de soltura y no nos queremos salir del ejemplo del Audi Q3, podemos a la mecánica 40TDI que ofrece 400 Nm de par y 40 CV adicionales, que permitirán mover con más soltura el convoy.
En caso de no querer alcanzar estas cifras de potencia o par porque creamos que son innecesarias deberemos reducir el peso del vehículo o del conjunto re remolque + coche, para tener un mayor margen.
Imágenes | The Tow Car Awards vía NP
Muy interesante!! Este artículo debería leerlo algún que otro propietario de caravana, que sólo se preocupan por la potencia de sus vehículos y que cuando la carretera se pone cuesta arriba empiezan a sudar (ellos y sus coches, jeje).
Tengo un Seat León 1200 110 caballo gasolina y me queda un poco corto de fuerza sele podía sacar algo más de potencia