En Mercedes siguen adelante con los cambios en las denominaciones de sus vehículos y tras los GLC y GLE llegó el turno del modelo que se alza como sucesor natural del SLK, el Mercedes-Benz SLC. Teniendo en cuenta las grandes alegrías que nos dio su predecesor, la marca germana ha tenido complicada su renovación, viéndose obligada a lanzar al mercado un producto con mucho más estilo, más equipamiento y nuevas mecánicas para seguir con la exitosa tradición.
Aunque parezca mentira, han pasado ya dos décadas de la llegada del primer Mercedes SLK, el cual hizo su debut público inicial en el Salón de París de 1994. «Innovador» y «atractivo» fueron las dos palabras de moda cuando la firma de la Estrella lanzó al mercado su roadster biplaza por excelencia dos años más tarde -en abril de 1996- en la 66ª edición del Salón del Automóvil de Turín, y a día de hoy el modelo aún puede presumir de contar con estos dos adjetivos entre su lista de cualidades.
Su éxito inicial se debió esencialmente al hecho de ser un modelo que se posicionaba por debajo del ostentoso y exclusivo Mercedes SL, siendo aclamado por el público en general y la prensa especializada del motor al aunar un precio contenido con una deportiva imagen que se completaba con nuevos estándares de ingeniería y una tecnología pionera.
Es cierto que la capota rígida retráctil no era algo totalmente novedoso en el mercado, pues en realidad ya la habían estrenado las versiones Eclipse de la gama Peugeot a mediados de la década de 1930, pero la gran diferencia entre ellos residía en que el techo del SLK era plegable, mientras que los Eclipse tenían una pieza única y necesitaban un espacio mucho más voluminoso para guardar la capota. Unos años después, a mediados de la década del nuevo siglo, este tipo de techo se volvió muy popular entre los modelos compactos.
Las ventas del SLK a lo largo de sus tres generaciones -las series R 170, R 171 y R 172- ascienden a un total de más de 670.000 unidades hasta la fecha, lo que pone de relieve la importancia del modelo para la marca. Sólo con el R 170 que fue fabricado entre 1996 y 2004, Mercedes-Benz ya vendió más de 311.000 unidades.
En su lanzamiento al mercado en 1996, el R 170 estaba disponible en versiones SLK 200 (136 CV) y SLK 230 K (163 CV sobrealimentado), aunque en algunos mercados también existió una variante Kompressor de la mecánica menos potente de ambas, el SLK 200 K. En el año 2000 Mercedes-Benz presentó el facelift del R 170, y con él llegó por primera vez un motor de seis cilindros, el SLK 320 con 218 CV. En aquél momento, el modelo tope de gama era el SLK 32 AMG con 354 CV bajo el capó, asociado exclusivamente a una transmisión automática de cinco velocidades.
En enero de 2004, Mercedes-Benz presentó el SLK de la serie R 171, que mantenía la esencia de roadster compacto con techo Vario combinado con un nuevo diseño frontal que establecía fuertes vínculos visuales con el poderoso SLR McLaren y los coches de competición del equipo McLaren-Mercedes de Fórmula 1. La gama de motores estaba entonces compuesta por el SLK 200 K sobrealimentado (163 CV inicialmente, luego pasó a tener 184 CV); el SLK 280 con 231 CV; el SLK 350 con motor V6 y 272 CV (luego 306 CV); y el SLK 55 AMG que se convirtió en el primer SLK en equipar un motor V8 (360 CV).
Poco a poco el modelo fue introduciendo importantes novedades como el AIRSCARF o la luneta trasera de plegado automático, pero no sería hasta la tercera generación en 2010 cuando el SLK revolucionara el mercado con la llegada de su primera versión diésel, el 250 CDI. Es cierto que fue muy criticado, pero también acaparó gran parte de las ventas. Ahora, en 2016, la saga SLK finaliza, dando paso al Mercedes-Benz SLC que tendrá que mantener su legado.
SLK SLK
ese de la foto era el concepto de la época ¿verdad?
Así es, es el prototipo que se presentó en el Salón de París en el ’94 ?