Las señales viales y los elementos de tráfico apenas han cambiado con el paso de los años, mientras que por otro lado los vehículos cada vez incorporan más tecnología en la carrera por la conducción autónoma. El paso de cebra, sin embargo, es uno de esos elementos que con el paso del tiempo no se ha modernizado, han permanecido inamovibles y sin cambios para adaptarse mejor a las necesidades de cada vía. Este curioso invento que hoy nos parece tan habitual fue implantado por primera vez en Reino Unido en 1949, y tras una serie de experimentos aislados, apareció una nueva ley en 1951 que promulgó su uso en las calles.
Ahora Starling Crossing nos propone un concepto de paso de cebra totalmente disruptivo e innovador, que por medio de una serie de sensores instalados a su alrededor permite que este aparezca y desaparezca adaptándose al tráfico de vehículos, peatones y ciclistas. En resumen, un paso de cebra interactivo que reconoce todo lo que le rodea para ofrecer la mejor solución en cada momento. La tecnología ha llegado por fin a los pasos de cebra y aunque su funcionamiento parezca algo complejo es muy lógico para evitar atascos, accidentes y aglomeraciones de peatones esperando.
De esta forma el paso de peatones nunca será igual, por ejemplo si hay una gran cantidad de peatones esperando a cruzar el paso de cebra se hará más ancho, o si un peatón despistado intenta cruzar la carretera aparecerá un aviso en el suelo, si un niño corriendo invade el carril de un coche inmediatamente la intersección avisará a todos los vehículos de este peligro. Las situaciones a las que se puede enfrentar esta intersección interactiva son múltiples y está preparada cuidadosamente para todas y cada una de ellas.
Pero lo mejor de este sistema desarrollado por Starling Crossing es que es capaz de aprender para priorizar la seguridad de todos en el entorno, por ejemplo si a la salida de una boca de metro la gente suele cruzar en forma diagonal el paso de peatones aparecerá en forma diagonal o incluso trapezoidal. Este sistema destaca por priorizar a los peatones, lo que les permitirá cruzar de forma segura en lugar de los pasos tradicionales que nos dicen por dónde y cuándo tenemos que cruzar.
Starling Crossing con este nuevo invento tratará de mejorar la percepción de la gente para no distraerlos, resaltando la relación de seguridad entre peatones y vehículos para que puedan tomar sus propias decisiones, en lugar de decirles qué hacer.