Nos están vendiendo a bombo y platillo que el coche eléctrico es el futuro, especialmente ahora que el coste de los combustibles está por las nubes. La invasión de Ucrania está haciendo mella tanto en los precios del combustible como en los suministros a las fábricas de automóviles, pero también en el precio del níquel ¿Es realmente el momento de dar el salto al eléctrico?
Lamentablemente, no todo es tan bonito como parece. Los precios de los combustibles no son lo único que crece como la espuma. Más allá de que la electricidad no es que esté precisamente barata en nuestro país, como señala la CNBC , la Bolsa de Metales de Londres suspendió ayer el comercio de níquel después de que los precios de este se hayan incrementado con creces.
Como apunta la publicación, «los precios de los contratos de tres meses se duplicaron a más de $ 100.000 (90.192 euros al tipo de cambio actual) por tonelada«. Esto es sin duda alguna un problema grave para las fabricación de automóviles eléctricos. Como ya sabrás, el níquel es uno de los ingredientes clave en las baterías de iones de litio.
Pero ojo, que estas preocupaciones no son algo nuevo. Antes de que comenzara la guerra, algunos analistas advirtieron que la demanda mundial de níquel de alta calidad podría superar la oferta para 2024. Además, hemos de ser conscientes de que la situación ha empeorado desde que escuchamos por primera vez esas advertencias el otoño pasado.
El precio del níquel se dispara, la oferta se reduce
La CNBC no es la única que se hace eco de esta subida desproporcionada en el precio del níquel. El analista automotriz de Morgan Stanley también advirtió el lunes que «el níquel ha subido un 67,2% solo hoy, lo que representa un aumento de alrededor de $ 1.000 (902 €) en el coste de entrada de un eléctrico promedio en los Estados Unidos«.
Es algo que puede tener dos consecuencias. Por una parte, menores ganancias para los fabricantes de automóviles; y por otra, un precio de los coches eléctricos todavía más elevado que el actual. No salen las cuentas… Cabe destacar que, tal y como reza el Wall Street Journal, Rusia representa entre el 5 y el 6 % del suministro mundial de níquel.
Además, el país es responsable del 17 % de la producción de níquel de alta pureza, algo fundamental para los vehículos eléctricos. Por ahora, las exportaciones de níquel no han sido objeto de sanciones directas, pero Putin puede «cortar el grifo» cuando le plazca. Adicionalmente, «las empresas navieras y los comerciantes son reacios a negociar con los recursos de la nación«.
Las alternativas pasan por otro tipo de baterías, como las de fosfato de hierro y litio, que no usan níquel ni cobalto en sus cátodos. Sin embargo, existen contras, como las densidades de energía más bajas. Por ahora poco más sabemos acerca del impacto que todo esto tendrá en la producción de vehículos eléctricos, pero ya podemos ir preparando la cuenta bancaria…