La nueva generación del Ford Fiesta es bastante más cara de producir que la anterior y por tanto, inviable para entrar en producción en ciertos mercados emergentes. Por esta razón la firma del óvalo ha decidido realizar cambios en la generación precedente que lo pongan un poco al día.
El polivalente de Ford es uno de los modelos más populares internacionalmente pero sin embargo, la nueva entrega, no será comercializada en todos los mercados, y ya han anunciado que dejarán de venderse en Estados Unidos y algunos países asiáticos. América Latina tendrá el suyo particular durante al menos un par de años más.
Exteriormente el renovado Fiesta añade paragolpes de diseño más agresivo (y no demasiado atractivos), un difusor inferior muy pronunciado y pequeñas alteraciones en el paragolpes posterior. También estrenan gama de colores y diseño de llantas en las versiones más equipadas.
En el interior casi todo sigue como siempre aunque la consola central se ha adaptado para recibir una pantalla LCD a color de 6,5 pulgadas con controles algo más intuitivos, acceso a aplicaciones, Apple CarPlay, Android Auto y llamada de emergencia. El resto de elementos no se ha tocado, y esto es una pena dada la baja sensación de calidad que transmiten algunos plásticos.
Entre las posibilidades de equipamiento hay que señalar el climatizador automático, espejo interior fotosensible, espejos térmicos, cuatro elevalunas eléctricos, ordenador de viaje, siete airbags, controles de tracción y estabilidad, sensor de lluvia, encendido automático de luces y sensor de parking trasero.
Al menos en Brasil la oferta contará con el bloque 1.6 Sigma de 128 CV que podrá combinarse con una caja de cambios manual o bien una automática, y el 1.0 Ecoboost con 125 CV que se oferta en exclusiva asociado a la caja de doble embrague Powershift con seis velocidades.