Se llama Eleanor Velasco Thornton y aunque te cueste creerlo, fue la musa del ilustrador y escultor Charles Sykes y modelo del icónico Spirit of Ecstasy, la escultura/logo de Rolls-Royce.
Con motivo de la celebración del 120 aniversario de Rolls-Royce, la marca nos ha mostrado a algunos de sus personajes principales y uno de ellos es Eleanor Velasco Thornton.
El Spirit of Ectasy, la escultura basada en Eleanor
Al parecer, nació el 15 de abril de 1880 en Stockwell, al suroeste de Londres. Poco se sabe de sus primeros años de vida pero sí que sabemos que al iniciarse el siglo XX, ella empezó a trabajar como asistente de Claude Johnson, secretario general del Automobile Club de Gran Bretaña e Irlanda (que más tarde se convirtió en el RAC) y por aquel entonces, futuro socio comercial de Charles Stewart Rolls.
Eleanor alquiló habitaciones en The Pheasantry, en Kings Road, Chelsea. Se trataba de un edificio protegido por sus florituras arquitectónicas eclécticas y extravagantes que fueron obra de su entonces propietario, el artista y decorador de interiores Amédée Joubert. En aquella época este edificio era el hogar de una próspera colonia de artistas.
En medio de este ambiente bohemio, Eleanor vivió una doble vida: durante el día, era asistente ejecutiva profesional; de noche, una modelo para los artistas residentes. Uno de aquellos para quienes posaba de forma habitual era el talentoso ilustrador Charles Sykes.
La vida de Eleanor cambió radicalmente en 1902. Ese año, a 160 km de Londres, John Walter Edward Douglas-Scott-Montagu, estaba lidiando con un problema y es que a pesar de su impecable linaje y sus brillantes perspectivas de futuro, siempre estaba falto de efectivo. Este miembro de la aristocracia tenía como gran pasión en su vida, el automóvil, que en aquellos días pioneros todavía era dominio exclusivo de quienes tenían mucho dinero.
Afortunadamente, Montagu tenía talento para el periodismo, por lo que su solución fue crear la primera revista británica dedicada al motor, The Car Illustrated. Montagu podía encargarse él mismo de escribir, editar y publicar; pero para las imágenes necesitaba un ilustrador profesional. En una de esas extrañas coincidencias que tan a menudo dan forma a la historia, el hombre que contrató fue Charles Sykes.
Entre el círculo de amigos automovilistas de Montagu se encontraba Claude Johnson. Cuando, a través de él, Montagu conoció a Eleanor, su inteligencia lo cautivó instantáneamente y rápidamente la atrapó furtivamente, ofreciéndole el puesto de gerente de oficina en su revista. Eleanor aceptó, y el aristocrático editor y su nuevo colega (14 años menor que él) pronto se embarcaron en una larga relación clandestina.
A partir de entonces, Sykes y Eleanor se encontraron repentinamente juntos como colegas en The Car Illustrated, aunque ya se conocían bien en circunstancias muy diferentes.
Durante este período (se desconoce la fecha exacta) Sykes produjo una escultura en forma de logo para el Rolls-Royce Silver Ghost de Montagu. Bautizada como «El Susurro», se trataba de una pequeña estatuilla de aluminio de una mujer joven con una túnica ondeando y un dedo índice sobre los labios.
Posteriormente se confirmó que Eleanor fue la modelo. Cualquiera que sea la verdad, Montagu la mostró en todos los automóviles Rolls-Royce que tuvo hasta su muerte en 1929; tal vez como un discreto reconocimiento de su amor por Eleanor, que mantuvo en secreto durante tanto tiempo.
Trágicamente, Eleanor estuvo entre los centenares de víctimas del naufragio del barco de pasajeros SS Persia de P&O que se hundió en el Mediterráneo en 1915 tras el ataque de un submarino alemán. Montagu estuvo entre el puñado de supervivientes.
Devastado, nunca superó por completo la emoción de la pérdida de Eleanor, de la que, naturalmente, nunca pudo hablar públicamente.
Durante el resto de su vida, ella estuvo con él en espíritu dondequiera que viajara en su Rolls-Royce.