La verdad es que el llamado proceso de «metal dipping» o limpieza profunda de la carrocería ya lo había visto en alguna ocasión, pero es que ahora con el auge en las restauraciones de clásicos, está tomando mucho peso y es que permite obtener unos resultados muy interesantes con un precio muy ajustado -si lo comparamos con las horas de mano de obra necesarias para conseguir un resultado equivalente-.
Para empezar, hablamos de un proceso que ronda los 2000 dólares americanos, aunque dependiendo del tipo de coche y el tamaño de la carrocería, este puede ser ligeramente mayor o menor.
El primer paso de este proceso es sumergir la desnuda carrocería en un tanque de químicos a 200 grados centígrados. Una vez finalizado el primer paso se recurre a un lavado de las superficies a alta presión que se asegura una correcta limpieza de la carrocería.
Cuando la superficie está completamente limpia y desinfectada se sumerge la carrocería de nuevo durante dos días, pero esta vez en ácido que trata el óxido y neutraliza los químicos restantes.
Tras dos días en un medio tan hostil, la carrocería vuelve a salir a la superficie y se vuelve a limpiar con agua fresca a alta presión.
La desprotegida carrocería se impregna con un inhibidor de la corrosión para mantenerla limpia y desinfectada durante más tiempo. Una vez aplicado esto, toda la carrocería se lleva a un sistema de aire que la seca por completo.
Poco después, esta se embala y se envía de nuevo al cliente o carrocero para su imprimación y su pintado.
Fuente | Metaldipping