No es ninguna novedad que en Londres no se andan con chiquitas. Si hace ya tiempo te comentábamos que la ciudad británica multaría a todo aquél que tuviera una conducta “antisocial” al volante, hoy nos llega la noticia de que el alcalde londinense gravará con una fuerte tasa la circulación de los vehículos de combustión interna más contaminantes en la ciudad a partir del 23 de octubre de 2017.
Bautizada como ‘T-Charge’, esta nueva tasa afectará a todos los vehículos diésel y gasolina con motores anteriores a la norma Euro 4 -anteriores a 2006 en su gran mayoría- y tendrá un coste de nada menos que 10 libras -unos 11,7 euros al cambio actual-. La misma deberá ser abonada por todos los vehículos que cumplan estas características cada vez que entren en la capital británica entre las 7:00 y las 18:00 horas de lunes a viernes.
Lo mejor de todo es que dicha tasa se sumará a la ya conocida Carga de Congestión existente que tiene un coste de 11,5 libras -unos 13,5 euros al cambio actual- y supone la peor pesadilla de todo petrolhead al aplicarse a todo vehículo diésel y gasolina. Además, ésta es bastante más estricta que las limitaciones que acostumbramos a ver en nuestro país los días de restricciones, pues afecta a coches, furgonetas, minibuses, autobuses, autocares, vehículos pesados, caravanas, grúas, ambulancias privadas, coches fúnebres y otros tipos de vehículos especializados que no cumplen con los estándares mínimos de emisiones.
Las excepciones son mínimas, incluyéndose los taxis, los vehículos privados de alquiler, los vehículos históricos (40 años o más) y algunos tipos de vehículos de servicios.
Refiriéndose a esta nueva carga que se espera que afecte a la friolera de 10.000 vehículos, el alcalde de Londres, Sadiq Kahn, ha declarado que «es asombroso que vivamos en una ciudad donde el aire es tan tóxico que muchos de nuestros niños están creciendo con problemas pulmonares. Si no hacemos cambios drásticos ahora no podremos proteger la salud de nuestras familias en el futuro. Por eso, hoy, en el 14 aniversario del inicio de la tasa de congestión, he hecho público que seguiremos adelante con la norma de emisiones más estricta de cualquier ciudad importante«. Y aquí no acaba todo, pues dentro de un año también veremos en la ciudad una Ultra-Low Emissions Zone que tendrá un coste de 12,5 libras -unos 14,7 euros-.