Todas las etapas de la historia del automóvil han tenido algo en común: la carrera tecnológica hacia la rentabilidad y la eficiencia. En épocas pasadas, cuando el petróleo no era un problema y el consumo un simple dato, eran otros los motivos de competencia entre las marcas, tales como la potencia, el diseño, la durabilidad…
Sin embargo, en pleno 2017, con la obsesión por el consumo y la contaminación provocada por la Unión Europea y los temerosos usuarios, la búsqueda de nuevas fuentes de energía se ha convertido en el mayor desafío del transporte. Las marcas gastan millones en I+D, realizan planes estratégicos a corto, medio y largo plazo; adquieren las patentes potencialmente más beneficiosas… y esto hace aparecer todas las alternativas a la gasolina y el diésel que conocemos hoy en día.
El otro día os pedía que dejarais de pensar en el coche eléctrico porque según un estudio, el hidrógeno es el combustible del futuro, y parece ser que esta idea ha calado muy hondo en Japón. Si en Europa los grandes de la automoción, como BMW, el grupo Daimler, Ford, y algunas marcas del gigante alemán VAG como Volkswagen, Audi o Porsche han llegado al acuerdo de crear una Joint Venture con el objetivo de desbancar a Tesla en materia de supercargadores con IONITY; en el país asiático las grandes compañías están apostando por el hidrógeno.
Los detalles del acuerdo se anunciaron el pasado mes de mayo, pero no ha sido hasta hoy cuando se ha sellado el mismo, el cual tiene como objetivo la construcción de una red de estaciones de carga de hidrógeno por todo Japón. El acuerdo, firmado por Honda, Toyota, Nissan, Nippon Oil & Energy, Idemitsu Kosan, Iwatani, Tokyo Gas, Toho Gas, Air Liquide Japan, Toyota Tsusho y el Banco de Desarrollo de Japón, pretende alcanzar las 80 estaciones de recarga en apenas cuatro años, ante una previsión de que haya 40.000 vehículos de hidrógeno en las calles locales para 2020.
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