Hace relativamente poco conocimos la triste noticia de que el Volkswagen Beetle está llegando al fin de sus días, una confirmación que llegó por parte de Frank Welsch durante el Salón del Automóvil de Ginebra 2018. Pero nada de esto ha frenado a ‘Memminger Feine Cabrios‘ para traer al mundo un coche muy especial, esta empresa alemana especializada en preparaciones de alto nivel quería resucitar uno de los modelos más icónicos de Volkswagen. Así es el Memminger Roadster 2.7, un Volkswagen Beetle muy especial con motor central, un bóxer refrigerado por aire inspirado en los Type 4 que equipaban los Volkswagen 411 y 412.
La historia de Memminger Feine Cabrios comenzó cuando su fundador, Georg Memming, comenzó a restaurar todo un clásico como el Beetle en 1992, hoy en día han ido más allá de las restauraciones para crear auténticas joyas de cuatro ruedas. El Roadster 2.7 es una preparación muy especial, entrega una potencia total de 210 caballos y 247 Nm que le permite acelerar hasta los 200 kilómetros por hora. El motor bóxer está acoplado a una caja de cambios manual de cinco velocidades que promete diversión a raudales.
Para colocar el motor en posición central han tenido que alargar la distancia entre ejes, situándolo justo detrás de los asientos. Sus dimensiones varían respecto al Beetle original, por ejemplo, ahora es más ancho y su longitud total ha disminuido ligeramente. Además, añade todo tipo de mejoras como frenos de disco de un Porsche 911 clásico, una suspensión reforzada, llantas de aleación de 19 pulgadas, neumáticos de alto rendimiento y todo tipo de detalles cromados en su exterior que lo convierten en un descapotable único.
Tan solo pesa 800 kilogramos sobre la báscula, por lo que promete ser un coche especialmente ligero para ofrecernos una conducción deportiva y rápida. Y para conseguir esto, la compañía ha evitado al máximo cualquier sistema electrónico o ayudas a la conducción, consiguiendo así sensaciones más puras y parecidas a los clásicos de verdad. En su interior solo equipa un tacómetro, un velocímetro, un reloj analógico, el indicador de temperatura y presión del aceite.
El Memminger Roadster 2.7 está basado en uno de los Beetle más antiguos, pero no se ha especificado cuál exactamente. Visualmente consigue una estética mucho más agresiva y moderna, que en combinación con los toques más retro resulta especialmente vistoso. Uno de los elementos que más llama nuestra atención es el pequeño alerón trasero que equipa. De momento solo se trata de un prototipo, aunque si esta compañía alemana recibe el suficiente interés podrían llegar a fabricar únicamente 20 unidades. De momento no hemos conocido el precio, pero la empresa suele elevar hasta las cinco cifras el precio de sus restauraciones más complejas, por lo que podría ascender hasta las seis cifras en esta caso ¡Maldito dinero!