Como te comentábamos ayer mismo, el recién estrenado Alfa Romeo Milano ya no se llamará Milano, sino Junior. Este giro de guión es consecuencia de unas declaraciones del Ministro de Industria de Italia, Adolfo Urso, quien parece que no tiene nada mejor que hacer por el bien de los ciudadanos de su país (que se supone que para eso están los políticos).
Urso señalaba hace unos días que «un coche llamado Milano no puede fabricarse en Polonia. Esto está prohibido por la ley italiana. Esta ley estipula que no se pueden dar indicaciones que induzcan a error a los consumidores. Por lo tanto, un coche llamado Milano debe fabricarse en Italia. De lo contrario, da una indicación engañosa que es no está permitido según la ley italiana«.
En otras palabras, es como si el SEAT Ibiza debiera fabricarse en Baleares o el Hyundai Santa Fe en Argentina, por poner algunos ejemplos. El nombre de Milano había sido elegido como homenaje a la ciudad donde el fabricante de automóviles tuvo sus inicios en 1910. Sin embargo, Alfa Romeo, consciente de que no está el horno para bollos, ha decidido evitar la controversia.
El Alfa Romeo más pequeño de la gama se producirá en la fábrica de Tychy, a 1.300 kilómetros de Milán, donde nacen otros modelos similares de Stellantis como el Jeep Avenger y el Fiat 600. Por lo tanto, apostarán por Junior para su nombre, que es otra denominación mítica en la marca. Ahora dicen que cualquier publicidad es buena publicidad, así que de perdidos al río.
Alfa Romeo Milano, un nombre «maldito»
Lo más curioso de esta historia no son las absurdeces de los políticos o la cobardía de algunas empresas, sino el hecho de que la denominación ‘Milano’ parece tener la negra en la marca italiana. Lo creas o no, es la segunda vez que el fabricante de automóviles intenta poner este nombre a uno de sus coches, sin éxito. La primera tuvo lugar en 2009.
Hace 15 años, cuando se estaba gestando el sucesor del Alfa Romeo 147, todo el mundo anticipaba que el nuevo modelo compacto llevaría la placa «Milano» en un guiño a la sede de Alfa Romeo. Había materiales elaborados e incluso una fecha para que lo probara la prensa especializada de motor: el 30 de noviembre de 2009. Pero no, «cuestiones organizativas» lo suspendieron todo el viernes anterior.
¿Burocracia? En absoluto, la realidad era que, en un primer acto de valentía, Alfa Romeo decidió evitar las tensiones en su ciudad natal y apostó finalmente por Giulietta. A la gente de Milán no le hacía especial gracia que la marca, propiedad de Fiat SpA por aquél entonces, usara el nombre de Milán mientras que se anunciaba el fin de las operaciones de la marca en la ciudad, trasladándose a Turín.
Si lo sabían de antes, todo es publibicidad para dar que hablar del coche en cuestión.
Nada como Italia para esto.
Pues siempre me han parecido super proteccionistas los intalianos y franceses con sus iconos y Alfa Romeo es uno de ellos.