Esto es algo que para nada parece normal o al menos no habíamos escuchado nunca antes algo igual y menos en una marca como Volvo.
Al parecer, este hecho, ha sacudido a la industria y a los clientes de Volvo en China que por cierto han denunciado que sus vehículos fueron equipados con productos y equipos falsificados. Entre los componentes afectados se encuentran altavoces con inscripciones incorrectas, como «Bowers & VVilkins» o «Bovvers & Wilkins», en lugar de la reconocida marca Bowers & Wilkins.
La controversia comenzó cuando un propietario de un Volvo S60 en China descubrió irregularidades en los altavoces de su vehículo, los cuales había recibido como parte de un obsequio promocional de un concesionario local. Al comparar su coche con otros S60 notó diferencias en el habitáculo, incluyendo la ausencia de una característica luminosa en la palanca de cambios de cristal, común en los modelos de gama alta de Volvo.
El caso tomó mayor relevancia cuando la situación se volvió viral en redes sociales, lo que llevó a otros propietarios a compartir experiencias similares. Según informes del medio chino Sohu, múltiples vehículos Volvo vendidos en el país podrían haber sido equipados con altavoces falsificados, lo que generó preocupaciones sobre la cadena de suministro de la marca.
La reacción de Volvo es investigar lo que está pasando
Ante el creciente malestar de los clientes, Volvo Cars en China emitió un comunicado público en la plataforma Weibo el pasado 12 de febrero: «Volvo Cars concede gran importancia a las conductas irregulares en el proceso de venta reportadas por algunos clientes. Pedimos disculpas por los inconvenientes ocasionados y reiteramos nuestro compromiso de actuar con transparencia e investigar a fondo el incidente».
La empresa aseguró haber iniciado una investigación para esclarecer la situación y garantizar que los derechos de los clientes sean protegidos. Además, enfatizó la existencia de un estricto sistema de trazabilidad para sus accesorios originales y se comprometió a reforzar la supervisión de sus concesionarios para evitar futuras irregularidades.
El escándalo llega en un momento delicado para Volvo en el mercado chino, donde la marca se está enfrentando a unas ventas que cada vez van a peor. A pesar de que 2024 fue un año récord para la compañía a nivel global, con 763.389 unidades vendidas, las cifras en China reflejan una caída del 8,2% en comparación con 2023, situándose en 156.000 unidades.
Este incidente plantea serias dudas sobre el control de calidad y la gestión de la cadena de suministro de Volvo aunque nosotros creemos que el problema más bien radica en la red de concesionarios y en la instalación de accesorios posteriores a la fabricación.