La cosa no pinta bien para el sector de la automoción. No todos los fabricantes lo dicen, pero Volkswagen no tiene pelos en la lengua a la hora de hablar de los problemas actuales que afectan a la industria automovilística. De una parte, la escasez de microchips conocida por todos, que va para largo; y de otra, la escasez de gas natural que está provocando la guerra en Ucrania.
Auto News revelaba recientemente que los fabricantes de automóviles han tenido que eliminar 3,23 millones de vehículos de la producción debido a la escasez de chips este año. Esto se debe a la pérdida de más de 10 millones de unidades en 2021. Europa se ha visto particularmente afectada, con una disminución de la producción de 1.089.000 ejemplares.
En febrero, Aksel señaló que la escasez de chips podría resolverse este año, pero su perspectiva ha cambiado.
Los analistas esperan que 2022 termine con 4.071.200 vehículos menos debido a la escasez de semiconductores. En una entrevista reciente con la publicación alemana Automobilwoche, el jefe de adquisiciones de Volkswagen, Murat Aksel, señaló que las preocupaciones geopolíticas con los principales fabricantes de chips han creado problemas nuevos y desafiantes.
Volkswagen ve las cosas un poco negras
Volkswagen espera que la escasez de semiconductores continúe hasta 2023. Murat Aksel afirma que las interrupciones en la cadena de suministro experimentadas en los últimos dos años se convertirán en la «nueva normalidad«. En sus propias palabras, “con los nuevos problemas geopolíticos, en todo caso, el futuro se volverá aún más complejo y desafiante”.
Añade que «las inversiones para nueva capacidad están en camino, pero probablemente todavía habrá un déficit estructural en semiconductores hasta 2023 inclusive«. El fabricante de automóviles alemán ha estado haciendo todo lo posible para reducir el impacto del desabastecimiento durante todo el año. Por ejemplo, deteniendo la producción en su planta de Wolfsburg.
Al mismo tiempo, introdujo un sistema de alerta temprana diseñado para detectar escasez de suministro. Gracias a ello, ha identificado 150 alternativas técnicas a los microchips. Por otra parte, su división de software Cariad ha firmado recientemente un acuerdo con el proveedor europeo de semiconductores STMicroelectronics y TSMC de Taiwán para crear un suministro más estable de chips.
Por otra parte, Volkswagen está considerando trasladar la producción de automóviles fuera de Alemania si los problemas actuales con el suministro de gas natural se extienden hasta 2023. En un comunicado señala que “como alternativas a medio plazo, nos estamos enfocando en una mayor localización, reubicación de la capacidad de fabricación o alternativas técnicas«.
Esta idea es una de las muchas que se están discutiendo en Wolfsburg. De llevarse a cabo porque Rusia sigue limitando las exportaciones de gas, la producción de varias líneas de modelos de sus plantas de Alemania y Europa del Este se trasladarían a otras fábricas del Grupo VAG ubicadas en Bélgica, Portugal y España. Por ahora se puede mantener la producción, pero no por mucho tiempo.
Tras el cierre del gasoducto Nord Stream 1, Volkswagen señala que habrá una grave escasez de gas a partir de junio de 2023 si la línea no se vuelve a abrir. Si Alemania continúa llenando sus reservas de gas, que están cerca del 90%, la producción de automóviles puede mantenerse seis meses, pero el invierno va a ser duro. Todo ello sin contar con los aumentos en los precios de la energía.