En una época en la que las ventas de furgonetas camperizadas y caravanas van viento en popa, nos encontramos con todo tipo de curiosidades en relación a este tipo de vehículos. En este sentido, el Volkswagen Transporter en su versión California tiene mucho que decir al respecto, pues ya sabéis que es uno de los modelos más icónicos en el segmento.
Junto a las versiones Marco Polo del Mercedes-Benz Clase V , el California es una excelente plataforma como vehículo de camping, pero probablemente la idea que tienes en la cabeza sobre este modelo dista bastante del último trabajo de VIP Garage Center WFS. Aparentemente, es una Volkswagen T4 post-restyling, sin embargo, todo ha cambiado en su interior.
A estas alturas ya te habrás percatado de que hay carenados en los huecos de las ruedas y de que el vehículo se asienta sobre un remolque, por lo que es incapaz de desplazarse por sí solo. Y es una gran noticia, porque sus creadores pensaron que, ya que necesitaba ser arrastrado por otro vehículo, el motor se podía sustituir por una parrilla en la que hacer unos choricillos al aire libre.
Se mantienen reales las puertas de acceso al vehículo, al menos las delanteras, pero todo el habitáculo original ha sido sustituido por nuevos elementos que buscan maximizar el espacio. Ahora hay una gran sala de estar alrededor de una mesa, con un área de cocina que incluye quemador de gas, fregadero de acero inoxidable y refrigerador.
El portón trasero se abre, pero su única función es ofrecer una mejor ventilación.
Donde habitualmente encontramos el cuadro de instrumentos ahora se ubica un sofá, algo poco práctico teniendo en cuenta que aparentemente el conjunto carece de una cama en la que dormir. No se especifica nada al respecto, pero a juzgar por las imágenes, echamos en falta este elemento (salvo que los sofás se conviertan en una gran cama).
No hace falta saber mucho de caravanas para darse cuenta que en la foto 13 está la cama. Se baja la mesa, se ponen los cojines de alrededor y listo. Que sea útil o buena idea hacer esto, es otra historia