El icónico modelo off-road americano ha recibido por primera vez una actualización que lo convierte en un vehículo a lo ‘old school‘, y es que la compañía búlgara Vilner ha querido transformar este Jeep Wrangler Unlimited del 2012 en toda una bestia con la que no querremos encontrarnos en el campo. Creado por la división china de la empresa parece realmente el típico coche abandonado que lleva años cogiendo polvo en algún viejo granero, efecto que se ha conseguido gracias a la carrocería especialmente tratada para simular el óxido y desgaste.
En inglés esta carrocería recibe el nombre de «controlled rust» u «óxido controlado» siendo la misma superficie tratada para someterse a un proceso de oxidación que luego habría sido recubierto por una serie de capas protectoras. En su exterior también encontraremos unos monstruosos neumáticos todoterreno y unas suspensiones elevadas para poder sortear cualquier obstáculo en nuestro camino, convirtiéndolo en el vehículo off-road definitivo.
Pero no todo se queda en el exterior, en su interior lo primero que nos deja boquiabiertos es la palanca de cambios que ha sido hecha a mano para adoptar esa forma de calavera. Todo el vehículo ha sido diseñado para adoptar este aspecto imponente y rudo, como si se tratase del coche del malo en alguna película al más puro estilo ‘Mad Max‘. Su interior acabado en diferentes tonos marrones es también muy peculiar, y es que según Vilner el cliente que encargó semejante vehículo quería un «aspecto crudo y robusto, completado con materiales naturales de alta calidad.«
Debajo del capó podemos encontrar un motor V6 de 3.6 litros que desarrolla 285 CV y 353 Nm de par motor, acoplado a una caja manual de seis velocidades y tracción a las cuatro ruedas. Toda una bestia de 1.914 kilos de peso que más de uno deseará para llevarnos hasta el lugar más recóndito del planeta, por muy difícil que sea llegar hasta él.