Si eres seguidor de la competición automovilística sabrás que Porsche lleva compitiendo en carreras de resistencia desde 1950, sin embargo durante muchos años careció de la “maquinaria” adecuada para desafiar a sus rivales.
Es por ello que con vistas a conseguir la victoria total en carreras como las 24 Horas de Le Mans, el fabricante se puso manos a la obra en 1969. Aprovechando las “nuevas regulaciones” desarrollaron uno de los prototipos deportivos más significativos, bellos y avanzados de la historia, el 917 de 12 cilindros.
Desarrollado como el 917K (‘K’ para kurz o cola corta), en 1970 el modelo se convirtió en una fuerza dominante en la competición internacional.
El 917K del que hoy os hablamos cuenta con el chasis 917-024 y fue utilizado por primera vez por Porsche durante la fase de pruebas previas a la carrera de resistencia de Le Mans en 1970, donde fue pilotado por Brian Redman y Mike Hailwood.
Redman estableció los tiempos más rápidos del evento, demostrando que el modelo era capaz de ganar la codiciada carrera de 24 horas, lo que se lograría dos meses después. Después de las sesiones de prueba en Le Mans, Nürburgring y Ehra Lessien, el 917-024 fue vendido al piloto de pruebas de la fábrica de Porsche, Jo Siffert, que alquiló el coche a Solar Productions -de Steve McQueen- para su uso en la realización de la película Le Mans.
Según una extensa investigación realizada por el reconocido historiador y escritor Walter Walther, el 917-024 fue utilizado como coche cámara durante la producción y también protagonizó parte de la película. Después de su trabajo en Hollywood, el 917-024 permaneció en la colección privada de Siffert hasta su fallecimiento.
El modelo dirigió su procesión fúnebre lo que reflejó la importancia del modelo en su vida, antes de ser vendido a un coleccionista privado en París a mediados de los años setenta.
El chasis 917-024 permaneció oculto durante unos 25 años, antes de volver a emerger en 2001 desde un almacén sito a las afueras de París en uno de los descubrimientos más grandes que se habían realizado nunca. Cubierto de polvo y aún con su librea Gulf JWA el modelo había permanecido allí durante más de dos décadas, prácticamente intacto, hasta el punto que incluso equipaba los neumáticos Firestone Super Sports GP que además tenían una etiqueta manuscrita por el piloto de Porsche Herbert Linge.
El 917 se ha beneficiado recientemente de una restauración excepcional, dirigida por el especialista Graber Sportgarage en Suiza y que ha terminado este mismo año.
Se espera que el modelo en cuestión alcance un valor astronómico en la próxima subasta de Gooding & Company.