No es nada nuevo que según la región en la que se comercialice un vehículo, se haga uso de un tipo de motor u otro que esté bien adaptado a las necesidades locales. El problema que suelen tener muchos fabricantes es cuando aprovechan ciertas realidades para ahorrarse el desarrollo o adaptación de mecánicas solventes y aprovechan al máximo los viejos.
El Grupo Volkswagen lleva muchos años siendo atacada por amortizar en exceso algunos bloques como el 1.6i 8v de 100/105 CV o el 2.0i 8v de 115 CV estrenado en los Volkswagen Golf GTI de tercera generación. Esta mala práctica, extendida en ciertos países emergentes, se está contagiando a Skoda y SEAT.
En México la quinta generación del Ibiza no ha logrado el éxito comercial precisamente por el «ahorro de costes» impuesto en las unidades exportadas al inicio. Además de haber sido presentado en agosto del 2017 con dos airbags (ya se ha solventado el problema y todos incluyen seis desde marzo), la motorización de lanzamiento era el viejo 1.6 MPI de 110 CV con cambio manual.
Si bien es justo reconocer que desde diciembre es posible adquirirlo con el 1.0 TSI de 115 CV, también hay que matizar que aterriza ligado al acabado FR y tiene un precio muy elevado para la mayoría de usuarios, quedando incluso excesivamente cerca de los León 1.4 TSI con 125 CV.
Este viejo motor de 1,6 litros y veterana concepción también ha llegado al Arona. Desde la semana pasada se ensamblan en Argelia con la opción de 110 CV y desde estos días también se exportan a Colombia con él, una forma bastante económica de lanzar un «último modelo» en un país emergente. Lo curioso es que también se adaptan estos viejos bloques a ciertas necesidades locales, destacando el 1.6 MPI de 95 CV ofrecido en Túnez para el Arona.
Desde hace años SEAT también ha estado comercializando el León con el bloque 1.6 MPI de 110 CV y en diésel el 2.0 TDI con 143 CV, una mecánica que se comercializa en estos momentos en muchos mercados del norte de África y Colombia. Al no haber legislación sobre emisiones o seguridad se pueden permitir el lujo de lanzar versiones incluso sin ESP en México (para el Ibiza Reference).
Aunque la crítica se está haciendo a SEAT, realmente son todas las firmas las que sacan el máximo provecho a las normas y leyes de los distintos países, tratando de cumplir con los mínimos requisitos posibles. Como siempre el consumidor es el principal perjudicado y cuando hablamos de emisiones o seguridad, parece totalmente injustificado ahorrarse unos pocos dólares, euros o pesos… pero así es la industria.
[Fotos: Facebook de SEAT México, Túnez y Colombia]