A estas alturas de la ‘película’ estoy seguro de que todos tenemos claro que los neumáticos son uno de los elementos más importantes en la conducción, más aún teniendo en cuenta que es el único punto del vehículo en contacto con el asfalto.
Un neumático inadecuado para nuestro vehículo o en mal estado aumenta considerablemente la probabilidad de sufrir un accidente, algo que se incrementa en condiciones de lluvia, nieve o hielo en la carretera. La cuestión es que muchas veces no le prestamos a los neumáticos la atención que necesitan.
Existe todo un universo de neumáticos entre las marcas y los tipos, de diferentes medidas, con diferentes usos, compuestos y dibujos, para diferentes velocidades y que soporten diversas cargas. A veces es para volverse loco. Es por ello que, a la hora de comprar neumáticos, debemos tener muy claros una serie de conceptos para acertar en nuestra decisión.
Esto es especialmente relevante si la compra la vamos a llevar a cabo por Internet, ya que no contaremos con el asesoramiento de un especialista y, además, deberemos valorar otros aspectos. Para ayudarnos en nuestra decisión de compra, nació hace ya algunos años en el seno de la Unión Europea el etiquetado energético de los neumáticos.
Más concretamente, el etiquetado energético de los neumáticos es obligatorio en toda la UE desde el 1 de noviembre de 2012. Esencialmente, se trata de un gráfico informativo que debe acompañar a todo neumático nuevo, ya sea de turismo, camión ligero o camión pesado, y se creó con el objetivo de hacer más visual para el usuario cierta información relevante.
Conocer esta información y la que nos revelan los códigos de los neumáticos es indispensable.
En realidad, es muy similar a la etiqueta energética que podemos encontrar en los electrodomésticos, ya que nos informa de tres aspectos fundamentales en relación con los neumáticos: la eficiencia en el consumo energético del coche, la adherencia de la goma en suelo mojado y el ruido exterior que produce.
Con el paso de los años, el etiquetado energético de los neumáticos ha ido recibiendo modificaciones, estando la última de ellas prevista para 2021. La Unión Europea no solo está buscando hacer el etiquetado más visible y reforzar su cumplimiento, sino también elevar la eficiencia energética.
Como clientes de neumáticos, es importante saber leer el etiquetado energético de los neumáticos, así que hoy vamos a dedicar parte de nuestro tiempo a desglosar la información que aparece en estos gráficos. Como podrás comprobar cuando sigas leyendo, es extremadamente sencillo de comprender.
¿Qué información aparece en la etiqueta de los neumáticos?
Como ya hemos comentado, en la etiqueta energético de los neumáticos podemos ver reflejada la eficiencia en el consumo energético del coche, la adherencia de la goma en suelo mojado y el ruido exterior que produce. La combinación de las tres clases nos revela la calidad global del neumático.
Eficiencia de combustible
En esta categoría se valora entre las letras A y E cómo de eficiente es un neumático. Dicho de otra forma, su repercusión en el consumo de combustible del vehículo en base a la resistencia a la rodadura y la deformación de la goma. Lo ideal es que la resistencia sea lo más baja posible.
La letra A es la máxima eficiencia posible, mientras que la E representa la menor eficiencia permitida -los neumáticos clasificados con la letra A reducen el combustible y las emisiones de CO2 respecto a uno clasificado con la E. Antes también encontrábamos las letras F y G, pero se prohibió su venta.
Según las estimaciones, los neumáticos de clase A permiten, durante toda su vida útil, un ahorro superior a los 200 euros en combustible respecto a uno de clase E.
Esencialmente, en la eficiencia del neumático influyen diversos aspectos, como su estructura, los compuestos que lo forman y su diseño. Este valor se mide en una maquina de simulación que determina el nivel de eficiencia energética del neumático.
Agarre sobre mojado
Esta categoría está relacionada con la distancia de frenado sobre suelo mojado y es fundamental en la seguridad vial. Se clasifican entre la letra A y la F, siendo la A la menor distancia de frenado y la F la que más -puede haber una diferencia de hasta 18 metros entre ambas a una velocidad de 80 km/h-.
Este aspecto es especialmente importante porque puede evitar un accidente o, al menos, minimizar la gravedad del siniestro, ya que como sabemos no es proporcional la velocidad y la distancia de frenado. Las distancias de frenado a una velocidad de 80 km/h según la clase del neumático son las siguientes:
- Clase A – 38 metros
- Clase B – 42,5 metros (+4,5 metros)
- Clase C – 47 metros (+9 metros)
- Clase E – 51,5 metros (+13,5 metros)
- Clase F – 56 metros (+18 metros)
En las clases de turismos no se utilizan las letras D y G en esta categoría.
Nivel de ruido exterior
Un neumático genera ruido exterior cuando rueda, y eso es precisamente lo que mide esta categoría: la contaminación acústica del neumático. La cifra representa el nivel sonoro en decibelios (dB) y se acompaña de un dibujo, especificado por un altavoz con ondas negras.
Cuanto mayor sea el número y más número de ondas pintadas haya, más ruidoso se considerará el neumático: 1 onda (ruido mínimo, 3 dB o más por debajo del límite), 2 ondas (entre 3 dB y el límite permitido) y 3 ondas (se prevé quede prohibido en el futuro, ya que genera hasta cuatro veces más de ruido).