Después de que el Parlamento Europeo aprobara el 14 de febrero una ley para prohibir la venta de vehículos nuevos de combustión interna para 2035, estas últimas semanas han sido moviditas. Alemania, Italia, Hungría y Polonia se alinearon para luchar contra esta prohibición y la lucha ha dado sus frutos, aunque no ha evitado que finalmente se haya refrendado el acuerdo.
Los Veintisiete han aprobado este lunes el acuerdo que prohibirá la venta de motores de combustión a partir de 2035. Es decir, no veremos ni diésel, ni gasolina, ni híbridos. Sin embargo, Alemania ha accedido a levantar su veto tras forzar un acuerdo con la Comisión Europea para aclarar el encaje que tendrán a partir de esa fecha los combustibles sintéticos.
La idea es que no hay coches contaminantes a partir de 2035, pero podrían seguir vendiéndose vehículos propulsados por diésel y gasolina sintéticos. El acuerdo se materializó en el arranque de la semana en una reunión en Bruselas a nivel de embajadores. Además, está previsto que sea refrendado este martes por los ministros de Energía, en su consejo ordinario de marzo.
La UE incluirá los combustibles sintéticos
El pasado sábado el vicepresidente para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, anunció un acuerdo con Berlín para el levantamiento de su veto. La Comisión Europea ha propuesto a Alemania que elabore una declaración para explicar el posible papel de los combustibles sintéticos. El país germano ha confirmado que tendrá lista la propuesta para el mes de octubre.
Adicionalmente, la Comisión ha elaborado un borrador que propone crear un nuevo tipo de categoría de vehículos en la UE que solo puedan funcionar con e-Fuels. De esta forma se ha logrado poner fin a la disputa que había paralizado la aprobación de la estricta ley y seguir adelante con ella. Eso sí, en Europa no ha gustado esta maniobra de último momento de Alemania.
Recordemos que, hasta ahora, la prohibición de 2035 exige una reducción total de las emisiones, sin mencionar el motor de combustión. Como estás imaginando, este sería un duro golpe que va a afectar a la industria del motor, así como a sus clientes. Lo creamos o no, estas tecnologías que quieren imponernos, encarecerán el precio de los coches nuevos notablemente.
Según apunta el borrador, esta nueva categoría de vehículos deberá incluir una tecnología que les impida funcionar con combustibles que no sean neutros en carbono. De ser así, los fabricantes de automóviles podrían seguir vendiendo vehículos con motor de combustión después de 2035, aunque estos sean mucho más limpios. Veremos si la negociación llega a buen puerto.
¿Qué más propone la ley respecto a la combustión interna?
Pues toda una serie de objetivos intermedios de reducción de emisiones para 2030, que se establecen en un 55% para turismos y un 50% para furgonetas. Otras medidas clave previstas por el reglamento son:
- La Comisión presentará para 2025 una metodología para evaluar y comunicar datos sobre las emisiones de CO2 durante todo el ciclo de vida de los turismos y furgonetas vendidos en el mercado de la UE, acompañada de propuestas legislativas cuando proceda.
- Para diciembre de 2026, la Comisión supervisará la diferencia entre los valores límite de emisiones y los datos reales de consumo de combustible y energía; informará sobre una metodología para ajustar las emisiones de CO2 específicas de los fabricantes y propondrá medidas de seguimiento adecuadas.
- Los fabricantes con pequeños volúmenes de producción en un año natural (de 1.000 a 10.000 automóviles nuevos o de 1.000 a 22.000 furgonetas nuevas) podrán obtener una excepción hasta finales de 2035 (aquellos que matriculen menos de 1.000 vehículos nuevos al año seguirán estando exentos).
- El actual mecanismo de incentivos para vehículos de cero y bajas emisiones (ZLEV), que recompensa a los fabricantes que venden más vehículos de este tipo (con emisiones de cero a 50 g CO2/km, como vehículos eléctricos e híbridos enchufables de buen rendimiento), se adaptarán para cumplir con las tendencias de ventas esperadas. De 2025 a 2029, la referencia ZLEV se establece en 25% para las ventas de coches nuevos y en 17% para furgonetas nuevas. A partir de 2030 se eliminará el incentivo.
- Cada dos años, a partir de finales de 2025, la Comisión publicará un informe para evaluar el progreso hacia la movilidad por carretera con cero emisiones.