Seguramente que nunca pensaste que las aguas residuales tendrían futuro mucho más allá de la depuradora, sin embargo, hay quien apuesta por obtener biocombustible renovable y de origen 100% español con ella. Concretamente, hablamos de Seat y Aqualia, dos grandes empresas nacionales que se han unido para desarrollar el innovador proyecto SMART Green Gas.
Ambas compañías han iniciado este mes de octubre las primeras pruebas piloto en la planta depuradora de aguas residuales de Jerez de la Frontera (Cádiz), con el objetivo de producir nada menos que gas natural comprimido (GNC). Para el proyecto, que tendrá -en principio- cinco años de duración, el fabricante de automóviles ha entregado a la compañía de agua dos unidades de uno de sus últimos productos estrella en materia de cero emisiones: el Seat León TGI.
No es ningún secreto que nuestro país no está precisamente a la vanguardia en los incentivos a las infraestructuras menos contaminantes, por lo que el acuerdo entre Seat y Aqualia supone un fuerte impulso a la investigación y creación de combustibles alternativos en el sector del automóvil en España y un paso adelante en el desarrollo de una economía circular y en la construcción de ciudades resilientes. Pensemos que el uso 100% de un vehículo de biometano permite una reducción del 80% en las emisiones de CO2 Well to Wheel en comparación con uno de gasolina.
Con las dos unidades del compacto, se podrán realizar las pruebas necesarias con el biometano obtenido de aguas residuales para confirmar y verificar toda la cadena de producción hasta la obtención y uso del combustible.
Lógicamente, a Seat la colaboración en la producción de gas renovable 100% autóctono le ha venido como anillo al dedo para incentivar esta versión del León, pues ahora supone una alternativa más ecológica y real que nunca a los productos derivados del petróleo, alineándose de esta manera con la estrategia de Gas Natural Comprimido (GNC) de la compañía y su compromiso de mejora del medio ambiente.
El objetivo de SMART Green Gas es la obtención de un combustible autóctono y renovable que se podrá emplear en el sector de la automoción o para la inyección en la red de distribución de gas natural.
Así, el proyecto SMART Green Gas pretende flexibilizar y optimizar el sistema energético actual y lograr una mejora en la seguridad energética de la Unión Europea, dotando de mayor autonomía y sostenibilidad a las ciudades que implanten este sistema en sus estaciones depuradoras de aguas residuales. Es cierto que aún es pronto para conseguirlo, pues habrá que desarrollar nuevos sistemas de máxima eficiencia para la producción de biogás y su conversión en biometano, que se generan de los residuos en las depuradoras de aguas residuales (EDAR) de las ciudades, pero al menos ya hemos avanzado un paso.