Este fin de semana con motivo del evento Ferrari World Finals en Daytona se ha presentado el último modelo de la prestigiosa serie conocida como «Challenge», basado en el Ferrari 488 GTB es el primero que al igual que el modelo de calle recurrirá a la turboalimentación para ofrecer una potencia que asciende hasta los 670 CV gracias a su majestuoso V8 de 3.9 litros biturbo. Toda una bestia revestida con una apariencia más radical para arrasar en el mundo de la competición.
Desde su mecánica, hasta su aerodinámica o el chasis del coche, el 488 Challenge alcanza nuevos niveles de rendimiento, arañando hasta un segundo al anterior 458 Challenge EVO en el popular circuito de Fiorano que utiliza la marca para hacer sus pruebas. Su bloque es 19,5 kilos más ligero, lo que ofrece un modelo de carreras menos pesado y que además ha modificado su gestión electrónica. Su caja de cambios también ha sido reajustada para ofrecer una relación de cambio más rápido.
Como suele suceder en este tipo de modelos destinados a la competición, una de las principales prioridades de la compañía italiana ha sido aligerar al máximo el vehículo con múltiples modificaciones o la sustitución de algunos elementos de la carrocería por otros más ligeros. En este caso se ha optado por cambiar el escape por otro que ahorra unos 8,6 kilos o recalibrar los controles electrónicos, pero principalmente se ha apostado por la mejora de la aerodinámica.
Como consecuencia de ello podemos mencionar las nuevas entradas de aire, unos radiadores delanteros invertidos o un prominente alerón trasero para mantenernos siempre pegados al asfalto. Sus neumáticos slick de competición son la clave para marcar ese tiempo de 1:15,5 en Fiorano para superar a modelos como el Ferrari LaFerrari, el cual rinde nada menos que 963 CV, pero a diferencia del 488 Challenge, es un modelo de calle que no está preparado para la competición.
Su aspecto exterior es todo un portento de líneas vertiginosas y accesorios exclusivos para rendir al máximo sobre el asfalto. Además cada conductor podrá personalizar su modo de conducción gracias al popular manettino que ha recibido una serie de modificaciones para ofrecer tres modos diferentes e independientes: uno de ellos controla el frenado, mientras que los otros dos situados a ambos lados del volante son los encargados de la tracción y el diferencial electrónico. Estos dos manettinos regulan las dos fases del control de tracción, lo que significa que trabajan independientemente y controlan cuándo y cómo actúa interviniendo en el momento idóneo.
Tomaaaaaa esaaaaa
Vaya bicharracus