Hay que ver lo bonito que es el Thunderbolt diseñado por Henrik Fisker y la guerra que está dando. El considerado como ‘el GT perfecto’ se convirtió en el protagonista de la semana pasada al ser el objeto de una demanda interpuesta por Aston Martin a su creador. Como ya os contamos en su día, el prototipo presentado en el Concurso de Elegancia de Amelia Island 2015 (Florida, Estados Unidos) no terminó de gustar en la firma británica, pero parece que finalmente ambas partes han llegado a un acuerdo para dejar de lado los tribunales.
Aunque los términos del acuerdo son confidenciales, demandante y demandado aseguraron que únicamente se trataba de «un malentendido» y que todo ha quedado «resuelto de forma amistosa«. Lo cierto es que malentendidos había pocos, el señor Fisker diseñó un modelo basado en el Aston Martin Vanquish V12 y comentó que si la demanda lo exigía, se fabricaría una tirada exclusiva de unidades -para las cuales llegó incluso a especificar unas leves modificaciones respecto al prototipo-. La casa británica, por su parte, lo consideró un «acto de mala fe inaceptable» por apropiarse de su imagen y recurrió a la vía legal. ¿Malentendido? Ninguno.
En cualquier caso y, muy a nuestro pesar, la resolución del acuerdo no es otra que la determinación de que el Project Thunderbolt de Fisker no llegará a producción de ninguna forma y manera, evitando así que la marca de Gaydon vuelva a acudir a la justicia para solventar sus diferencias. Como ya os comenté en su día, personalmente considero que este modelo podría ser el salto que necesita Aston Martin para resucitar de una vez por todas en vez de ir pasito a pasito, pero tampoco vamos a negar que el diseñador podría haber optado en primer lugar por conseguir el beneplácito del fabricante. Al fin y al cabo en su día les unió una relación laboral.