Finalmente Ford ha decidido salir del mercado japonés. La mala situación que viven las firmas importadas en el país del sol naciente ha provocado que anuncien el cese de actividad para este año. Por el momento tratarán de liquidar el stock en los concesionarios y, ya en 2017, no se venderán unidades nuevas.
Vender un producto importado en Japón es muy complicado. Además de una población que suele mirar mucho por los modelos nacionales, los impuestos hacen que sean mucho menos competitivos e interesantes, especialmente en los segmentos más populares (pequeños y compactos) en los que el factor precio es determinante.
Hace ya cuatro años Opel optó por abandonar el mercado japonés por una simple cuestión de rentabilidad. Para vender coches en este país es necesario tener una red de concesionarios que cubra más o menos todo el territorio y una oferta variada, algo caro de mantener si se venden pocas unidades el año. En concreto durante el 2015 Ford entregó 4.968 unidades.
Actualmente la firma del óvalo tiene 52 concesionarios oficiales repartidos por todo el país que se encargan de la comercialización de los Fiesta, Focus, EcoSport, Kuga, Explorer y Mustang, además de los Lincoln MKX y Navigator que tampoco tienen mucho que decir en este mercado.
Otro lugar en el que Ford dejará de estar presente este mismo año es Indonesia. Las cifras de ventas han caído notablemente en los últimos años hasta niveles poco sostenibles para la empresa, dejando de vender los Fiesta, Focus, EcoSport, Everest y Ranger en los 44 puntos de ventas actuales.
Siempre la culpa es del otro. Jamás de los productos mediocres que fabrican. Suponen que un cierto auto va a gustar lo mismo a un japonés, a un uruguayo, a un sueco o a un canadiense. No son lo mismo, no son las mismas culturas. Las empresas deberían empezar a pensar por ese lado.
Eso a la inversa con las marcas japonesas implantadas en eeuu seria imposible