El Ford Focus RS es uno de esos compactos picantes que tanto nos gustan. Cuenta en sus entrañas con un motor 2.3 Ecoboost de 350 caballos y un montón de tecnología para hacer realmente divertido cada paso por curva. Por desgracia, el modelo se encuentra en la recta final de su ciclo de vida, al menos al otro lado del Charco, donde el MY2018 será el último que se fabrique.
Aún teníamos esperanzas de ver una versión RS500, pero en lugar de eso, la marca del óvalo ha optado por lanzar al mercado una edición limitada que llega esencialmente con dos jugosas novedades. De una parte, un nuevo color Race Red para la carrocería que compartirá protagonismo con el Nitrous Blue; y de otra, un interesante diferencial autoblocante mecánico ubicado en el eje delantero.
Lógicamente, lo realmente suculento es el diferencial Quaife, el cual mejorará notablemente la conducción del Focus RS y permitirá una salida de curva con la mínima pérdida de tracción. Adicionalmente, también encontramos diversos aderezos ornamentales rematados en negro como las carcasas de los espejos, el prominente alerón, el techo o las enormes llantas forjadas de 19 pulgadas con neumáticos semi-slick Michelin Sport Cup 2. De manera opcional, tampoco falta el paquete RS2 con espejos y volante calefactables, navegación activa por voz y asientos Recaro con calefacción.
Por ahora, veremos un total de 1.500 unidades, 1.000 de las cuales irán destinadas al mercado estadounidense y, el resto, a Canadá, pero teniendo en cuenta que últimamente la estrategia de Ford es global, no sería nada descabellado ver una edición limitada también en Europa para despedir al Focus RS cuando conozcamos la próxima generación del Ford Focus.
Ya lo van a dejar de fabricar?