Parece que el formato crossover gusta tanto que incluso los vehículos más convencionales terminarán pareciendo SUVs. En Ford acaban de presentar el Fiesta de sexta generación que incluye variantes con distintos enfoques, entre ellos la denominada Active que añade detalles propios de los B-SUV.
En el evento celebrado anoche en Colonia también se ha podido saber qué habrá más vehículos de este tipo en la gama Ford, por lo que Focus y Mondeo tienen muchas papeletas de recibir su propia versión Active. De momento no sabemos si lo harán en formato familiar al estilo Alltrack, Scout o X-Perience, o si por el contrario también podrán combinarse con las carrocerías sedán/hatchback como hace Volvo.
Común en este tipo de modelos es incluir las molduras plásticas por el contorno de la carrocería, pasos de rueda ensanchados, una suspensión sobre-elevada, barras de techo, protectores de bajos y un difusor posterior inferior casi siempre específico y con acabado metálico.
De momento no hay una fecha confirmada para el lanzamiento del próximo Active pero creemos que en el Salón del Automóvil de Ginebra podríamos ver una alternativa realizada sobre la base del Ford Mondeo Sportbreak.
No valen para nada, pero qué coño: tampoco los SUVs, y se venden como pan caliente.