Hoy se cumple el 60 aniversario de Goldfinger y del debut más memorable del Rolls-Royce Phantom en la gran Pantalla. Hace justo 60 años el modelo debutaba en la icónica película del agente secreto 007 titulada Goldfinger.
El Rolls-Royce Phantom III Sedanca de Ville de 1937 utilizado en la película es a la vez el cómplice perfecto de su villano, Auric Goldfinger. El modelo utilizado también ocupa un lugar especial en el canon de Rolls-Royce, ya que fue el último automóvil desarrollado personalmente por el visionario fundador, Sir Henry Royce.
Aunque la marca Rolls-Royce ha aparecido en una docena de películas de James Bond a lo largo de la historia de la franquicia cinematográfica, el papel más duradero y memorable de la marca es el que consiguió el modelo en Goldfinger.
Este clásico cinematográfico llegó a definir las cualidades esenciales de una película de Bond; el diseño, las ubicaciones, los dispositivos y el excéntrico adversario. Hoy, en el aniversario del estreno de la película el 17 de septiembre de 1964, Rolls-Royce explora la historia de Goldfinger y el icono británico que apareció en ella: el Rolls-Royce Phantom.
¿Por qué es tan importante este Rolls-Royce Phantom III de Goldfinger?
La película muestra al villano Auric Goldfinger, conducido por su secuaz, Oddjob, a través de Europa en un exquisito Rolls-Royce Phantom III Sedanca de Ville de 1937. La carrocería de este imponente automóvil guarda un secreto: está fabricado con dos toneladas de oro macizo de 18 quilates, que Goldfinger transporta desde Inglaterra hasta Suiza. Una vez instalado de forma segura en Auric Enterprises, utiliza su planta de fundición alpina para desmontar su Rolls-Royce y fundir los paneles de la carrocería para convertirlos en lingotes de oro. Con la carrocería original reemplazada, regresa con su automóvil a Inglaterra y repite esta travesía.
El plan maestro de Goldfinger, denominado “Operación Grand Slam”, es mucho más ambicioso; planea irradiar el oro almacenado en el depósito de lingotes de Fort Knox con un dispositivo atómico, dejándolo inútil y elevando el valor de sus propias reservas.
Goldfinger eligió un Phantom III debido a que sus generosas proporciones permiten ocultar un importante cantidad de metal precioso sin obstaculizar mucho las prestaciones de este potente automóvil, incluso en las exigentes carreteras alpinas. El Phantom III fue el primer Rolls-Royce con motor V12 de la historia, produciendo 165 CV con su motor de 7,3 litros, un aumento del 37,5% en potencia con respecto a su predecesor, el Phantom II de 120 CV.
El Phantom III fue también el último automóvil desarrollado por el propio Henry Royce, antes de su muerte en 1933.
Este modelo incluye una serie de innovaciones como su sistema de suspensión que incorpora amortiguadores hidráulicos totalmente ajustables.
Como coche del villano, este automóvil específico utilizado por Goldfinger está equipado con una carrocería ‘Sedanca de Ville’ (o Town Car) delantera abierta y trasera cerrada del fabricante de carrocerías Barker. Su imponente presencia lleva al propio Bond a comentar: «Es una belleza… Phantom III ’37, ¿no?» Mientras Oddjob carga el palo de golf dorado y el paraguas de arlequín característicos de Goldfinger en el maletero en las afueras de Stoke Park, la propiedad deportiva privada donde Bond los conoce por primera vez.
Curiosidades de la unidad de la película
Si aceptáis una curiosidad, también podemos destacar que el Phantom III de Goldfinger lleva la placa de matrícula ‘AU 1’, una referencia al símbolo químico del oro en la tabla periódica de elementos.
Antes de su papel en la película, este Phantom III fue un encargo original para Huttleston Rogers Broughton, nacido en Estados Unidos, quien se estableció en Inglaterra y se convirtió en el primer Lord Fairhaven de la Abadía de Anglesey.