A partir de marzo de 2018, se sumará a la décima generación del Honda Civic un motor diésel i-DTEC de 88kW (120 CV) y 1.6 litros en exclusiva para el mercado europeo. Esta unidad es una vieja conocida, aunque en esta ocasión se ha revisado de forma exhaustiva y ha sido sometida a algunos cambios para adaptarse a los tiempos que corren.
Este nuevo motor ha sido uno de los primeros en superar el nuevo del ciclo de emisiones y consumo de combustible para vehículos ligeros a nivel mundial (WLTP, del inglés Worldwide Harmonised Light Vehicle Test Procedure), que entra en vigor este año. Mientras que el hasta ahora conocido ciclo NEDC (del inglés New European Driving Cycle) se basa en un perfil de conducción teórico, el ciclo WLTP se ha desarrollado con datos de conducción reales recopilados en todo el mundo. Así pues, está diseñado para ofrecer resultados más fieles a la conducción real.
Hasta ahora, las cifras oficiales de consumo de combustible y de emisiones de CO2 de su nuevo modelo eran toda una incógnita, pero hoy la marca ha publicado los registros según las pruebas realizadas mediante el nuevo ciclo NEDC (New European Driving Cycle, por sus siglas en inglés). Así, la nueva versión del Civic ofrece una cifra de consumo de combustible medio de 3,5 l/100 km, con unas emisiones de CO2 de tan solo 93 g/km.
Entre las mejoras realizadas en el motor diésel de 1.6 litros, destaca la reducción de la fricción de los cilindros, así como nuevo y avanzado sistema de esmerilado de los cilindros con la finalidad de conseguir desplazamiento más fluido de los pistones.
El motor de 1.597 cc emplea el mismo sistema de inyección de combustible Bosch utilizado en la versión anterior de este propulsor e incorpora un compacto turbocompresor de alta eficiencia además de un sistema de recirculación de los gases de escape (EGR) de baja presión. También cuenta con un renovado diseño de los puertos de admisión desarrollados para favorecer un eficaz flujo de admisión.
Gracias a un cigüeñal ligero y de gran resistencia, y un bloque de motor moldeado con aluminio de alta presión, se ha conseguido minimizar el peso del motor. Además, gracias a la adopción de unos rebordes fundidos adicionales en el bloque de cilindros se ha conseguido aumentar la rigidez estructural, lo que permite a su vez controlar mejor el ruido y las vibraciones.
El motor 1.6 i-DTEC genera 88 kW (120 CV) a 4.000 rpm y 300 Nm de par a 2.000 rpm, lo que permite al Civic pasar de 0 a 100 km/h en 10,4 segundos.
Además, el nuevo motor 1.6 i-DTEC de Honda es uno de los primeros en superar el test de emisión de partículas y NOx “RDE” (del inglés Real Driving Emission). En este sentido, el conjunto propulsor diésel cuenta con un nuevo sistema de conversión del almacenamiento de NOx (NSC, del inglés NOx Storage Converter) con catalizadores de mayor tamaño y un contenido más alto de metales nobles (plata, platino y neodimio) que almacenan gas de óxido de nitrógeno hasta el ciclo de regeneración. Un sensor de hollín detecta de forma precisa cuándo es necesario el ciclo de regeneración, lo que incrementa la durabilidad del sistema de escape.
Otra de las grandes novedades de cara a 2018 es el lavado de cara del Honda Jazz, cuya oferta de motores está formada por el 1.3 i-VTEC de 100 CV ya conocido y la nueva alternativa de carácter más dinámico asociada al 1.5 i-VTEC con 130 CV. Sabíamos que ambas mecánicas pueden ir combinadas con una caja de cambios manual de seis velocidades o con la caja automática de tipo CVT, pero las cifras de consumos y emisiones del nuevo propulsor tampoco han sido desvelados hasta hoy.
Esta nace como como respuesta a la demanda de los clientes de una versión más potente del automóvil del segmento B de Honda, ofreciendo un gran equilibrio de rendimiento y un nivel de consumo de combustible de 5,4 l/100 km, así como una cifra de emisiones de CO2 a partir de 124 g/km asociado a la transmisión CVT. De hecho, el sistema CVT se ha revisado para proporcionar una respuesta mejorada y más lineal durante la aceleración. Llegará durante el mes de febrero.