En Great Wall tienen muy clara su expansión internacional y para conseguir una cuota de mercado mundial elevada es necesaria la apertura de nuevas instalaciones que sean capaces de suministrar vehículos adaptados a las distintas regiones.
En Europa la firma china pretendía instalarse en Barcelona aprovechando la infraestructura de Nissan pero las malas decisiones de aquellos que tenían que negociar lograron espantar a una empresa que cuenta con una oferta de vehículos cada vez más interesante comercializada bajo diversas marcas.
Con el adiós a Barcelona ya confirmado, los responsables de Great Wall han comunicado que realizarán una fuerte inversión en Brasil para producir en la región 100.000 unidades al año como mínimo de vehículos con la última tecnología.
Los 1.600 millones de euros que serán invertidos en Brasil para levantar unas instalaciones que producirán hasta 10 modelos diferentes. Se dará trabajo directo a más de dos mil personas y pretenden pluralizar la electrificación con modelos tanto híbridos como eléctricos.