Estamos inmersos en medio de una auténtica guerra comercial y aunque Europa es puro músculo financiero, la guerra es industrial, tecnológica y tiene mucho que ver con el cambio hacia las industrias libres de emisiones, algo que tiene que ver también con la descarbonización del automóvil.
Aunque no sabemos si llegará a buen puerto o no, la hoja de ruta gubernamental, es el no tener coches, aunque se camufle con la electrificación.
Hoy nos hacemos eco de un anuncio que aunque no es de un país de la Unión Europea, sí que se tienen estrechas relaciones comerciales. Turquía ha aumentado los aranceles de importación de los vehículos eléctricos producidos en China mientras se prepara para comenzar la fabricación de su primer vehículo eléctrico de producción nacional a través de la marca Togg.
Mientras Europa grita electrificación y la industria europea se prepara a marchas forzadas, están entrando nuevos fabricantes en el panorama europeo, algo que no está causando los efectos deseados por la industria en general y es que hay una gran fuga de clientes que quieren un producto más económico y a veces hibridado o electrificado.
El gobierno del presidente turco Erdogan, reveló que impondrá un arancel aduanero adicional del 40% a los vehículos eléctricos fabricados en China, algo que hemos sabido gracias a Bloomberg.
Esto llega en un momento particularmente inoportuno para el segundo fabricante de vehículos eléctricos más grande del mundo. BYD recientemente firmó un memorando de entendimiento con el distribuidor turco ALJ Turkiye para entrar en el mercado local con sus vehículos comerciales ligeros y de pasajeros.
El nuevo arancel aduanero se debe a que las ventas de vehículos eléctricos casi se triplicaron en 2022 hasta las 7.733 unidades. Esto se ha visto favorecido por una fiscalidad reducida respecto a los coches con motor de combustión y significa que los vehículos eléctricos ahora representan un poco más del 1 por ciento del mercado de automóviles de pasajeros de Turquía.
El gobierno turco espera que hacer que los vehículos eléctricos fabricados en China sean más caros, favorezca a los fabricantes locales.
El primer modelo de la marca turca será un SUV y se lanzará antes de que finalice este año.
Desafortunadamente estas barreras al «libre mercado» y a la importación de vehículos más competitivos no sólo perjudican a los de siempre, a los clientes, que deberán pagar más por sus coches eléctricos.