La carga rápida para coches eléctricos es una gozada cuando vamos apurados de tiempo. En vehículos con baterías de gran capacidad y cargadores como los de Circontrol, es posible recuperar hasta el 80% de carga en apenas media hora, lo que nos brinda una gran flexibilidad. Por ejemplo, durante un viaje. Recordemos que los coches eléctricos se pueden cargar de dos formas.
La más habitual es en corriente alterna (CA), también conocida como ‘carga lenta’. En este caso hablamos de cargadores de 3.4, 7.4, 11 o 22 kW de potencia. Suele ser el tipo de recarga que realizamos en nuestros hogares o en el centro comercial. La segunda opción es en corriente continua (CC), conocida popularmente como ‘carga rápida’.
Habitualmente, se trata de estaciones para coches eléctricos de carga rápida de acceso público y se localizan en puntos estratégicos, como vías de alta capacidad. Si bien el tiempo de carga reducido es una de las ventajas que tienen los cargadores nivel 3, que son de 50 kW de potencia en adelante, muchos expertos aseguran que no es recomendable su uso de manera frecuente.
¿Es realmente tan mala la carga rápida para coches eléctricos?
Los propios fabricantes de automóviles alertan en sus páginas web o manuales de usuario de los efectos negativos de la carga rápida. Por ejemplo, KIA Motors señala que «el uso frecuente de la carga rápida en CC puede afectar negativamente el rendimiento y la durabilidad de la batería, y KIA recomienda minimizar el uso de la carga rápida en CC«.
Esto es así porque la capacidad de un automóvil eléctrico para aceptar corrientes de carga más altas se ve afectada por la química de la batería. Sin embargo, un estudio realizado por el Laboratorio Nacional de Idaho (INL) revela que, pese a ser cierta esta afirmación, la realidad dista sensiblemente del «titular» alarmista.
El estudio concluye que, pese a que la batería de un automóvil eléctrico se deteriora más rápido si su única fuente de energía es la carga de Nivel 3, la diferencia no es particularmente preocupante. Para el estudio, el INL probó cuatro unidades del Nissan Leaf de 2012. Estos se condujeron miles de kilómetros y se cargaron dos veces al día.
Dos de las unidades se recargaron con cargadores de Tipo 2 (240V) como los que tendríamos en nuestro garaje. Los otros dos se llevaron a estaciones de Tipo 3. Las pruebas se realizaron en el área de Phoenix, Arizona, en el transcurso de un año, y por supuesto las condiciones de conducción fueron las mismas.
Interesantes resultados en el estudio
La capacidad de la batería de los vehículos se probó a intervalos de 16.000 kilómetros, con el climatizador a 22 grados y los mismos cuatro conductores. Una vez recorridos 80.400 kilómetros, los Leaf recargados con cargadores de Tipo 2 habían perdido alrededor del 23% de la capacidad original de su batería.
Los vehículos recargados con carga rápida de Tipo 3, habían perdido alrededor de un 27% de la capacidad original de su batería. Si tenemos en cuenta que la autonomía del modelo ronda los 120 kilómetros, estos números representan una diferencia de alrededor de 5 kilómetros con una carga.
Cabe señalar que gran parte de las pruebas del INL durante el período de 12 meses se realizaron en el clima extremadamente cálido de Phoenix, lo que inherentemente puede afectar la vida útil de la batería. Lo mismo ocurre con la carga y descarga completas de la batería, algo que no es frecuente en un uso habitual del vehículo.
La conclusión aquí es que, si bien la carga rápida en CC puede tener un efecto en la vida útil de la batería de un automóvil eléctrico, este no es significativo, sobre todo cuando no se trata de la fuente de carga principal. Además, existen algunas recomendaciones que puedes seguir para preparar tu coche eléctrico para una carga rápida.
Consejos al usar la carga rápida para coches eléctricos
Si quieres obtener el máximo potencial de la tecnología de carga rápida en corriente continua, es recomendable seguir algunos consejos básicos.
Carga rápida para coches eléctricos, mejor con poca batería
Seguramente te habrás dado cuenta de que, a partir del 80% de capacidad de la batería, la carga siempre se ralentiza. Con tu teléfono móvil ocurre exactamente lo mismo. Sin embargo, cuando el nivel de carga es bajo, la potencia que ofrece el cargador es la máxima que puede ofrecer.
¿Conoces la curva de carga de tu coche?
Todos los coches eléctricos y sus baterías disponen de un rango de carga ideal. Como hemos dicho en el punto anterior, la carga se ralentiza al llegar al 80%, de ahí que muchos fabricantes nos hablen de períodos de apenas media hora para pasar del 0 al 80% de carga. El 20% restante es otra historia completamente distinta.
De hecho, muchos fabricantes no entregan a los propietarios la curva de carga completa. Pese a que un coche eléctrico admita potencias máximas de carga de hasta 150 kW, eso no quiere decir que durante todo el proceso se vaya a llegar a tal potencia. Es más, lo raro es alcanzar el pico de potencia en algún momento del proceso de carga.
Por esa razón, no compensa a nivel económico quedarse en un punto de carga rápida a partir del 80% de batería. Estos puntos de recarga son más caros y si la potencia de carga apenas alcanza los 22 kW, quizá sea mejor ir a un punto de menor potencia -y menor coste-. Conocer la curva de carga de nuestro coche nos permite estimar los costes y tomar este tipo de decisiones.
Carga cuando la batería esté caliente
Al estar la batería caliente, los procesos químicos se aceleran. De esta forma, cuando conectemos la batería al cargador, la electricidad fluirá más rápido y la recarga se acortará en el tiempo. Esa es precisamente la razón por la cuál muchos vehículos eléctricos cuentan con una función de precalentamiento de la batería.
Si conducimos por carretera y en el navegador hemos seleccionado un punto de carga rápida, esta función se activará, preparando el vehículo para la carga rápida. De hecho, recargar en CC con la batería fría puede ser muy perjudicial para tu vehículo. Además, la velocidad de recarga se reducirá automáticamente.