Con la gasolina y el diésel alcanzando máximos históricos, buscar gasolineras baratas es tendencia entre los conductores. Si pensamos a largo plazo, algo que cada vez más gente hace, no es lo mismo repostar en esta gasolinera que en aquélla, donde pagamos hasta 10 céntimos menos. Imaginemos que gastamos 30 litros por semana, por poner un ejemplo al azar.
Eso serían 1.560 litros al año, con un ahorro en combustible de 156 euros. Quizá para algunos es poco pero, ¿a que no los quemarías en la chimenea? Es por ello que las gasolineras low cost son un tipo de establecimiento que cada vez es más frecuente y tiene más adeptos. Es más, todos hemos visto gasolineras low cost en nuestra ciudad o alrededores.
Para encontrar las gasolineras más baratas podemos elegir diversos métodos, desde aplicaciones para móviles hasta el saber popular.
La liberalización del mercado impulsada por la Ley de Hidrocarburos de 2013 disparó la apertura de esta clase de establecimientos. Ya hemos superado la barrera de las 12.000 gasolineras low cost en España. La gran mayoría de las gasolineras que se abren actualmente no son “de bandera”, son low cost que han hecho que la cuota de los grandes grupos caiga estrepitosamente.
Este tipo de gasolineras ofrece precios alrededor de 5-10 céntimos más baratos, por litro, que las gasolineras «pata negra» ¿Por qué? ¿Cómo es posible? Y lo más importante, ¿esa diferencia de precio redunda, a la baja, en la calidad del carburante? Vamos a ver un poco todos los puntos de vista ya que, ¿por qué pagar más por lo que es igual, teóricamente?
Gasolineras baratas: ¿Nos fiamos?
Una gasolinera low cost puede tener diversas razones de ser. Algunas pertenecen a una gran superficie, como puedan ser Alcampo o Carrefour. Otras son incluso una segunda marca de una compañía petrolera. La tercera opción es que se trate de un particular que haya adquirido licencia para iniciar el negocio de suministrar carburante.
Dependiendo de cuál sea la gasolinera, el servicio será diferente. También la calidad del combustible será distinta ¡Pero ojo! Siempre con un mínimo de calidad que viene regulado por el Gobierno. Es importante tener claro que la base del combustible es la misma para todas las gasolineras españolas. Los carburantes en origen proceden de BP, Cepsa y Repsol.
Es decir, todos cumplen con los requisitos mínimos legales en calidad y composición que marca la Unión Europea. Así lo recoge el actual etiquetado del combustible. Posteriormente, Exolum, también conocida como CLH o Compañía Logística de Hidrocarburos, suministra todos los combustibles que consumimos en España. Y lo hace de forma idéntica en todas las gasolineras.
Partiendo de que todo combustible cumple con la calidad mínima exigible por ley, cada compañía luego añade sus aditivos. Es decir, una gran compañía compra el combustible «básico» y le incorpora sus aditivos. De esta forma puede optimizarse la eficiencia energética, el consumo o cualquier otro parámetro que se quiera mejorar.
Lógicamente, estas mejoras al combustible base luego se nos cobran repercutidos en el precio por litro. En otras palabras, si no añadimos nada, no necesitamos repercutir nada al cliente, pero el mínimo de calidad se mantiene. Se puede decir que no son peores combustibles, pero que pueden ser menos eficientes entre otras cosas. Eso sí, daño no hacen.
¿Por qué estas gasolineras son más baratas?
Al tema de los aditivos hemos de añadir que las gasolineras low cost tienen mayor margen de beneficios por sus características y planteamiento ¿Cuáles son estas características y planteamiento? La primera y más evidente es que repostar, repostamos nosotros. No hay persona de servicio, nos hemos de «manchar las manos» y llenar nosotros el depósito.
Por no haber, puede que no haya ni persona a cargo de cobrar el combustible. Podemos hacerlo a base de tarjeta en el propio surtidor. Esa reducción de personal necesario es la clave para poder abaratar costes. Igual no somos conscientes de ello, pero el 60% de los costes de una gasolinera es el de los empleados. Solo con este dato ya llevamos un buen mordisco.
Recordemos además que, en la actualidad, el 55% de la gasolina y el 50% del diésel son impuestos.
Por otra parte, también es habitual que en una gasolinera low cost no nos encontremos ni aparcamiento, ni área de limpieza, ni aire, ni tienda… Casi seguro que ni unos sencillos aseos. Opciones de carburante, las mínimas posibles y siempre las más demandadas: gasolina 95 y diésel normal. Si sumamos todos estos factores, tenemos la respuesta a nuestra gran duda.
Como ves, hoy en día somos capaces de tener mucha información sobre gasolineras baratas. Ya sabemos que la gasolina low cost es de menor calidad, pero no tiene por qué ser nociva para nuestros motores ¿Compensa entonces ir a por lo más barato, o debemos mimar nuestro coche y comprar gasolinas de mayor calidad? Aquí, la verdad, es decisión de cada cual.