Aunque sonaban campanas de problemas, no fue hasta el viernes a última hora cuando Hertz, la compañía de alquiler de vehículos declaró la protección por bancarrota en los Estados Unidos por la inmensa caía de ingresos generada por la actual pandemia que azota el planeta.
La protección por bancarrota es el estado otorgado a una persona o empresa que no puede pagar sus deudas en su totalidad. El proceso de protección de bancarrota puede ser iniciado por el propio deudor o incluso por un tribunal.
Las leyes estadounidenses con respecto a la protección por bancarrota se crearon para ayudar a las personas o empresas que tienen dificultades financieras con el fin de que reestructures la deuda que tienen con sus acreedores. Este mecanismo da algo de aire y permite que después de la reestructuración, la entidad en cuestión pueda pagar su deuda y seguir con sus operaciones.
La empresa, que obtiene gran parte de sus ingresos del alquiler de automóviles en los aeropuertos, dijo que se había visto afectada por la fuerte desaceleración de la movilidad a nivel mundial.
A pesar de la solicitud protección por bancarrota, la empresa continuará operando mientras reestructura sus deudas.
Las operaciones internacionales de Hertz en Europa, Australia y Nueva Zelanda, así como sus ubicaciones franquiciadas en los Estados Unidos no se verán afectadas.
La compañía, que comenzó a operar hace un siglo en Chicago con una docena de automóviles Ford Model T, ya había suspendido de empleo o despedido a 20.000 empleados debido a sus apuros económicos generados por la actual situación.
Según informa la BBC, antes de la pandemia, Hertz había firmado miles de millones en deuda por el aumento de flota ante el aumento de operaciones.
Aunque la empresa ha tomado medidas para priorizar la salud y la seguridad de sus empleados y clientes, el proceso de bancarrota ayudará a la empresa a reducir todos los gastos no esenciales y a preservar liquidez aunque el problema problema y apuro de la empresa radica en lo que durará esta extraña situación.