Puede que para muchos simplemente se trate de una vieja gloria nacida en 1992, pero el Ford Escort RS Cosworth quizá sea uno de los automóviles de competición más legendarios de la marca del óvalo azul y uno de sus automóviles de calle más cotizados. Es uno de esos coches irrepetibles que poco o nada tienen que ver con los modelos actuales.
Fabricado entre febrero de 1992 y enero de 1996, la historia del Ford Escort RS Cosworth se remonta en realidad a unos cuantos años antes. Junto a Lancia, Ford fue uno de los fabricantes que más apoyaron a la FIA para hacer desaparecer el Grupo B de rallies, así como el nuevo proyecto del Grupo S que se estaba gestando.
Sin embargo, esta categoría cayó por su propio peso en 1986 y lo único que les quedaba a ambas marcas era poner toda la carne en el asador con el Grupo A. A Lancia le salió realmente bien la jugada con el mítico Delta, pero las cosas no fueron tan bien para los norteamericanos y su Ford Sierra.
Seis temporadas y sólo una victoria en 1988 (Tour de Corse) con Didier Auriol y Bernard Occelli al volante dejaron claro que era necesario cambiar de modelo en el Mundial de Rallies. Pero en la firma estadounidense no estaban perdiendo el tiempo entre bastidores con la cuarta generación del Ford Escort, recién estrenada en 1986.
Era la segunda generación que incorporaba la tracción delantera, pero a Stuart Turner, responsable de Ford Motorsport Europa, se le ocurrió la brillante idea de instalar en este modelo el motor, la transmisión y los ejes del Sierra Cosworth 4×4 en 1988. Una gran idea que se gestó antes que el propio Sierra Cosworth 4×4, pero que tardó en llegar a la competición.
No fue hasta 1992 cuando Karmann comenzó el montaje del que conoceríamos como Ford Escort RS Cosworth (no era posible montarlo junto al resto de la gama Escort), un modelo que se lanzó al mercado en mayo de ese mismo año. Había nacido un coche único, uno de esos compactos deportivos que probablemente nunca vuelvan a existir.
De él probablemente recuerdes su enorme y famoso alerón trasero biplano, que era opcional y hacía que la velocidad máxima se redujera en torno a 5 km/h. Este no sólo cumplía una función estética, pues la marca afirma que el Escort RS Cosworth fue el primer coche de serie con coeficientes de elevación negativos en ambos ejes.
Sin embargo, la historia del inusual spoiler del Ford Escort RS Cosworth no es tan simple como parece, ya que el desarrollo del que hoy en día es uno de los diseños más reconocibles en el mundo del automóvil supuso algún que otro quebradero de cabeza para su diseñador, Frank Stephenson.
El nombre de Frank Stephenson probablemente te suene porque ha participado en el diseño de otros iconos como el Ferrari F430 o el McLaren P1. En su día, Stephenson fue codiseñador del Escort RS Cosworth y su moderno sistema de dos alas, que combinaba un alerón inferior de tipo labio conectado al ala superior por una barra estabilizadora centrada.
Sin embargo, tal y como él mismo nos cuenta en vídeo, el diseño original para el alerón trasero del Escort RS Cosworth era aún más loco -antes de que interviniera en el proyecto el departamento de finanzas de Ford-. Todo comenzó con un joven Stephenson recién salido de la universidad.
La inspiración para el diseñador fue el Fokker Dr.I, el avión de tres alas del Barón Rojo en la Primera Guerra Mundial. En base al mismo, el diseño del alerón del RS Cosworth tenía inicialmente tres alas, no dos. El tercer ala se colocó entre el ala superior y el labio inferior, a fin de proporcionar aún más estabilidad a alta velocidad.
Por desgracia, la división financiera de Ford decidió que prefería ahorrar en costes con las piezas y la instalación, así que este alerón extremo finalmente se eliminó en la variante de producción. Años después, el programa británico Wheeler Dealers descubrió que, efectivamente, aquél tercer ala habría favorecido de forma muy positiva a la aerodinámica.