Quién nos iba a decir a principios de siglo que el Porsche Cayenne no solo sería uno de los productos favoritos dentro de la gama alemana, sino también su salvación económica. Sí, hace nada menos que 18 años que conocimos el Cayenne de primera generación, un modelo que llegó en 2002 con el objetivo de reflotar a una Porsche en apuros.
Y van ya la friolera de un millón de Porsche Cayenne fabricados en la línea de producción de Bratislava, Eslovaquia. Desde luego, es un hito importante, especialmente si tenemos en cuenta que ha sido uno de los productos más controvertidos y polémicos entre los más puristas. Ahora, es un verdadero referente para su segmento.
Este SUV es todo un símbolo de la historia de éxito de la compañía, la base de la electrificación que hoy alcanza su máxima expresión en el Taycan y un modelo que ha batido más récords que muchos deportivos. La historia del Cayenne comienza con el ‘955’ de primera generación, un automóvil que abrió la puerta al segmento de los SUV deportivos de lujo.
Es más, no existiría un Lamborghini Urus si no hubiese existido primero el Cayenne Turbo. Para poneros en contexto, la década de los ’90 fue realmente complicada en términos de ventas. La gran caída del tipo de cambio del dólar, la estrategia de modelos y los altos costes de producción crearon problemas a la empresa. A partir de 1986, Porsche atravesó dificultades económicas.
En 1991, solo vendió 23.000 coches, la mitad que cinco años antes. A finales de 1992, las pérdidas sumaban 240 millones de marcos alemanes. El punto más bajo se alcanzó en el año fiscal 1992/1993 con ventas de solo 14.362 vehículos. En el ejercicio 1989/1990, el volumen de ventas era todavía de 31.235 unidades.
Poco tiempo después, en enero de 1993, el prototipo del Boxster presentado en el Salón de Detroit tuvo una acogida muy entusiasta. La empresa parecía haberse reinventado a sí misma. Porsche produjo entonces el deportivo Boxster, también biplaza, junto a la gama 911. Esto aseguró un fuerte repunte en 1996, con 32.000 coches vendidos.
Pero en Zuffenhausen no te puedes dormir en los laureles. El siguiente paso fue decidir qué modelo podría complementar la gama en un futuro próximo. ¿Qué es lo que demandaría el público a principios del siglo XXI? ¿Qué había que desarrollar a finales de los años 90? Mirando la bola de cristal, ¿qué coche podría ser apropiado para el mercado?
Qué podría aumentar los ingresos, ¿un tercer coche de dos puertas de Zuffenhausen? No, no otro coche de dos puertas. La introducción del Boxster no era suficiente para mantener a flote la firma alemana, necesitaban sangre fresca para sobrevivir, y el proyecto “Colorado” empezó a tomar forma como una colaboración entre Porsche y Volkswagen.
Se requería que el producto en el que estaban trabajando fuera “potente, con características de conducción dinámicas y adecuado para todo tipo de terrenos. Un automóvil familiar de cinco plazas con el típico ADN de Porsche. Deportivo.» ¿Y quién se iba a imaginar que un Porsche en formato SUV iba a triunfar en el mercado?
Quizás tú o yo no, pero curiosamente Hans-Jurgen Wöhler, ex vicepresidente de la línea de productos de Porsche, recuerda que “Ferry Porsche dijo una vez que si construyéramos un vehículo todoterreno de acuerdo con nuestros conceptos de calidad, sin duda se vendería”. El Cayenne hizo su debut en septiembre de 2002 en el Salón del Automóvil de París y Porsche nunca miró hacia atrás.
Desde entonces el Cayenne ha marcado muchos hitos, con versiones realmente atractivas y prestacionales como el Turbo y el Turbo S de alto rendimiento, el deportivo GTS y, por supuesto, el Cayenne Diesel, que desde su irrupción en el mercado en 2009 tuvo un gran éxito en Europa gracias a su unidad V6 TDI de 3.0 litros con 240 CV y 550 Nm de par máximo.
El Cayenne de segunda generación llegó apenas un año después, en 2010, creciendo en tamaño y heredando algunos rasgos de diseño del Carrera GT, como los faros. Presumía de mejores proporciones, un exterior más elegante, un interior completamente rediseñado y pesaba casi 250 kg menos que su predecesor, con una conducción más cómoda y deportiva.
La segunda generación también marcó la llegada de la variante S Diesel, propulsada por una unidad V8 TDI; así como el nacimiento del Cayenne Hybrid, seguido del poderoso e imponente Cayenne S E-Hybrid híbrido enchufable en 2014. El rendimiento mejoró, naturalmente, en todos los ámbitos, y para aquél entonces el Cayenne ya era todo un superventas.
La introducción del Cayenne de tercera generación también marcó el debut de la variante Coupé, un modelo que muchos creen que debería haber sido el Cayenne original. En palabras de la marca, «con este automóvil, presentamos un modelo al mercado que crea un vínculo aún más fuerte entre la usabilidad diaria de un SUV y las características de conducción de un automóvil deportivo«.
Y si miramos al futuro, Wöhler lo tiene claro, «los coches cambiarán en los próximos 10 años. El Cayenne continuará su camino y seguirá siendo el mejor SUV de su segmento. Puedo entregar felizmente las riendas a mi sucesor«. Se refiere a Manfred Harrer, el nuevo Vicepresidente de la gama Cayenne, quien seguirá escribiendo su historia de éxito más allá de la marca del millón.